Vaya y aborte
Publicado el 21 septiembre 2015Desde aquel famoso discurso del 21 de Mayo, en que nuestra Presidenta anunció que enviaría el proyecto de aborto al Congreso, que en forma reiterada quienes defendemos la vida hemos dicho que iba a ser la entrada al aborto libre en nuestro país.
Un número equivalente de veces, quienes promueven el aborto han intentado demostrar que es un proyecto restrictivo, muy acotado a tres situaciones bien específicas.
No sé que tiene Chile tan especial y distintivo que haría que nuestro país fuera una excepción. Que aquí no ocurriría lo que a ojos vistas ocurre en todos los otros países. Donde un proyecto supuestamente restrictivo, nunca lo fue.
A base de engaños o porque algunos aún creen en el viejo pascuero, negaban cualquier posibilidad de que hubiera aborto libre en Chile… hasta este martes.
Este martes la comisión de salud aprobó la idea de legislar sobre el aborto.
Se aprobaron las tres causales. Y quedó claro que los casos de aborto que no caigan en ninguna de las tres causales, no serán denunciados. Si no se denunciará ningún aborto, ¿para qué se molestan en legislar para tres causales?
El mensaje es claro. ¿No cae en una causal? No se preocupe, vaya y aborte.
Eso, aquí y en la quebrada del ají es aborto libre.
Peor aún, no sólo libre de causal, sino sin límite de edad gestacional. Cualquier mujer, por cualquier motivo y en cualquier momento de su embarazo, podrá abortar con impunidad. Incluso a niños sanos y viables.
Llama poderosamente la atención la tiranía y dictatorialismo del diputado Castro, que pese a varias peticiones de suspender la sesión, y a que es un proyecto de ley con urgencia simple, obligó a continuar hasta pasadas las cinco de la mañana. Uno no puede dejar de preguntarse si eso fue intencional. Menos energía para la discusión.
Además de quedar como proyecto de aborto libre, se aprobó un plan de acompañamiento que es una falta de respeto. Al parecer ni el gobierno ni varios de los honorables diputados conocen el significado de acompañar. Es bien distinto a la consejería que se aprobó. El acompañamiento no puede tener un plazo determinado, se adecúa a las necesidades de cada mujer y no va en “canastas tipo”, como si todas fuéramos un robot al que se les hace un servicio parejo.
Llamar acompañamiento a una mera consejería es no entender la raíz de los conflictos de las distintas situaciones que atraviesan las mujeres.
Lo más preocupante de todo es que no veo por ninguna parte alternativas. Abortar y recibir unas consejerías prototípicas, o nada. ¿Dónde están las ayudas verdaderas a la mujer? ¿Dónde está el apoyo a la maternidad? ¿Dónde está la voluntad de intentar siquiera que las mujeres salgan adelante, pero con sus hijos?
Constanza Saavedra Caviedes
Médico y editora de www.testimoniosporlavida.cl