Ante los pronunciamientos de la Presidenta Michelle Bachelet sobre la despenalización del aborto en Chile, ACI Prensa conversó con el director ejecutivo del Instituto Res Pública, Jorge Acosta, sobre el escenario que atraviesa el país y la postura de los sectores que proponen el aborto como una política pública. El médico catalogó esta situación como un intento “lamentable” por seguir la línea abortista.
“Cada aborto en el país es una señal de que como sociedad hemos llegado tarde, porque la prevención no tuvo los resultados deseados”, dijo la Presidenta Bachelet en su primera cuenta pública del miércoles 21 de mayo en el Congreso. Con esto, anunció que en el país se agilizarían los trámites para legislar a favor del aborto voluntario en tres situaciones: violación, inviabilidad fetal y riesgo de vida de la madre.
Jorge Acosta, Médico Cirujano de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Director Ejecutivo del Instituto Res Pública, centro de estudios que analiza los temas públicos, mencionó que “en todos los países en que se ha promovido la cultura del aborto, siempre se comienza con las excepciones más trágicas y en las cuales se extreman las situaciones para poder hacer ver a la opinión pública la necesidad aparente de legalizar o despenalizar el asesinato de los niños no nacidos.”
En su discurso, la presidente utilizó el caso de una niña de 17 años que la semana pasada fue internada grave en un hospital de Santiago luego de abortar, para decir que hay muchas mujeres que realizan este acto de manera clandestina y que “Chile debe enfrentar en una discusión madura, informada y propositiva esta realidad”.
“Chile, estando dentro de los pocos países que defienden la vida del que está por nacer bajo cualquier circunstancia, tiene la tasa de mortalidad materna más baja de toda América Latina, además de ser comparable a la de EEUU y sólo superada por Canadá en el resto de América”, enfatizó Acosta, refiriéndose a estudios realizados por universidades chilenas y extranjeras respecto a esta tasa.
Agregó que “debemos tener mucho cuidado con las instituciones «pro-choice» que ajustan los datos maliciosamente, según su conveniencia, para lograr un impacto mayor en la sociedad”, haciendo alusión a las cifras que indican que en Chile se realizan 300 mil abortos anuales que han usado algunos políticos para argumentar que es necesario cambiar la ley. “Esa cifra es absolutamente falsa. En Chile nacen cerca de 250 mil niños al año. Cuesta creer que haya más abortos clandestinos que niños recién nacidos”, añade.
Por otro lado, el experto se refirió a la postura de la sociedad respecto a la aborto. En encuestas realizadas en los últimos años por algunas instituciones, se muestra que los chilenos estarían a favor del aborto “terapéutico” y en caso de violación, lo que sería un punto para replantear la legislación. “Es verdad que las encuestas han mostrado este cambio. Mi impresión es que ha sido por desinformación”.
“Los chilenos son sensatos y si les dicen que hay un grupo de ultraconservadores que están dispuestos a que se muera la madre en peligro de vida por el embarazo antes que aprobar el aborto ¡obvio que van a respaldar que se apruebe! Es por eso que hay que explicar que no se necesita una ley para eso, que las mamás chilenas no mueren cuando está en peligro su vida porque el médico debe actuar por su “lex artis”, tratando de salvar a ambos y en caso de que no se pueda, debe salvar a la madre sin necesidad de ninguna ley. En Chile está penalizado el acto malicioso cuya intención sea matar un niño no nacido”.
La Cámara de Senadores comenzaría la discusión en torno al aborto en el mes de junio, anticipando al proyecto que enviarán desde el Gobierno en el mes de julio.