Más de 2 mil personas participaron en esta actividad convocada por el Obispado de Rancagua en que se unió la esta manifestación por la vida con la Oración por Chile, con un homenaje a la Virgen del Carmen.
“Cada vida importa” fue el grito que se repitió una y otra vez durante la masiva marcha por la vida que se efectuó en Rancagua este domingo, día de la Oración por Chile. Más de dos mil personas marcharon desde la Parroquia El Carmen, ubicada en Alameda, hasta la Plaza de los Héroes de la capital regional para manifestar su compromiso con la vida del que está por nacer y con los más débiles.
La columna estaba encabezada por la imagen de la Virgen del Carmen, cuyo carro era tirado por fieles de distintas parroquias, y la seguían sacerdotes, diáconos, religiosas y una inmensa mayoría de laicos. Es que tanto en parroquias, movimientos eclesiales como en colegios se organizaron para llegar con sus pancartas, banderas y globos para participar. A ellos se sumaba una batucada y un grupo de circo que alegraron el caminar.
El acto de inicio estuvo animado por el grupo de música católica Ministerio Effata, luego se escuchó el testimonio del médico Fernando Soto, que explicó por qué el proyecto de ley de aborto no es una buena ley para el país. Posteriormente, comenzó la marcha en la que los gritos y cantos fueron la tónica.
Al llegar a la plaza de los héroes la agrupación Azahares de Chile y Danfo América, presentaron un cuadro folclórico nortino y rindieron un homenaje a la Patrona de Chile, cuya imagen se instaló a un costado del templo Catedral.
En la plaza rancagüina, a la espera de los manifestantes, se presentaron los grupos Omega es Cristo y Paihuén. Luego comenzó el acto final en el que monseñor Alejandro Goic Karmelic señaló que “hemos recorrido las calles principales de nuestra ciudad para decir que respetamos el amor de la madre y que respetamos la vida que engendra”.
“La vida es sagrada desde su origen hasta su fin natural y por eso decimos con fuerza que cada vida importa”, dijo el obispo, y luego enfatizó que “una humanidad que respeta la vida desde su origen merece llamarse humanidad, pero cuando no se defiende la vida desde su origen no se merece el nombre de humanidad”.
Para dar testimonio de amor por la vida, Florentina Galvez, contó su vivencia como madre. A ella durante toda la gestación de su hija los médicos le dijeron que su hija no iba a sobrevivir, pero la niña nació y ahora es una mejer adulta, que también estuvo presente en el acto a través del canto.
Al momento de culminar esta manifestación a favor de la vida, en el día de la Oración por Chile, se lanzaron globos al viento de distintos colores denotando lo diferentes que somos cada uno de nosotros y nuestra esperanza de llegar al cielo.
Fuente: Iglesia.cl