Señor Director:
Algunos partidarios del proyecto de ley de despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo afirman que este proyecto llevaría cuatro meses de tramitación en la comisión de Salud del Senado.
Primero, cabe señalar que la tramitación se inició el 12 de abril, entonces son dos meses y medio de tramitación, lo que es muy poco para cualquier tramitación legislativa. Segundo, en este breve lapso solamente se realizaron cinco sesiones de audiencias, además de la sesión de apertura del Ejecutivo del 12 de abril.
En cuatro sesiones fueron invitadas a exponer 18 personas. De ellas, 11 se manifestaron a favor de legislar y siete en contra, debiéndose principalmente esta falta de paridad a lo complejo que significa para muchas personas asistir al lugar y día citado, dificultad que los mismos senadores han manifestado, impidiéndoles varias veces asistir a estas sesiones.
En la quinta sesión, el 21 de este mes, se escucharon representantes de las iglesias, Católica (Conferencia Episcopal), evangélicas (Mesa Ampliada) y de la Comunidad Judía, quienes, desde sus propias creencias, se pronunciaron a favor de proteger la vida del que está por nacer. De ahí faltaría, conforme con el compromiso tomado por esta misma comisión, escuchar aún a -al menos- 100 personas o instituciones. Entre las cuales estarían médicos especialistas ginecólogos materno fetal, psiquiatras, abogados en derecho civil, penal y DD.HH., organizaciones especializadas en acompañamiento, organizaciones civiles de distinta índole y entidades regionales.
La discusión de un proyecto tan trascendente debe tomar el tiempo que se requiere para que no quede la sensación de que se legisla por presiones políticas o ideológicas.
Patricia Gonnelle
Coordinación legislativa Chile es Vida
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