Si hay una historia de vida que da esperanza y muestras de amor a la vida, es la de Constanza Saavedra, una madre chilena que fue capaz de enfrentar los drásticos diagnósticos médicos, respetando el derecho de su hijo Ignacio, de luchar por su propia vida.
“El diagnóstico siempre fue incierto, pero todas las posibilidades eran malas. En resumen, una guagua que no se mueve no puede respirar. Nunca se me pasó por la mente la posibilidad de un aborto. Era mi hijo. Yo, su mamá, en las buenas y en las malas”, contó Constanza, en una entrevista realizada por el Instituto de Política Familiar de Chile, en la velatón por los niños abortados del mundo, que se llevó a cabo en el mes de junio en Plaza Italia, y a la cual asistieron más de 6 mil personas.
Ignacio, que hoy tiene 6 años, necesita de un ventilador para poder respirar, y a pesar que no puede hablar, sí muestra sus esfuerzos para comunicarse, ya sea a través de la música o la lectura. Para Constanza, este progreso se debe a que “él es feliz. Tiene la autoestima más grande que yo he conocido en un niño. Vive en un mundo rodeado de amor donde sabe que él es el rey”.
Esta fuerza ejemplar de Ignacio por querer vivir, no sería posible si Constanza se hubiese rendido cuando los doctores le comunicaron que su hijo venía con problemas. “No sabía que iba a pasar en el resto del embarazo, ni mucho menos que iba a pasar cuando naciera, si iba a vivir o no. Pero mientras hubiera algo en el mundo que yo pudiera hacer por él, lo iba a hacer. Por mientras lo que podía hacer era mantenerlo calientito y seguro, querido, protegido y alimentado, en mi guatita”.
“Estoy segura que mucha gente que me conoce de lejos debe pensar que si a Nachito le pasara algo, para mí sería una bendición porque por fin podría “llevar una vida”. Eso no puede estar más alejado de la verdad. Nosotros vivimos todo de manera distinta. Cada logro lo celebramos a mil. Cada día lo gozamos a concho. Yo no sé cuántos en sus “vidas normales” tienen la suerte de no dar las cosas por sentado y sacarle el jugo a sus hijos de esta manera” afirmó Constanza, una chilena capaz de mostrar al mundo la fortaleza y ansias de vivir de su hijo, cualidades que seguramente las obtuvo de ella.