Acompañamiento «no disuasivo»

Señor Director:

En su etapa final, la posición del Gobierno frente al proyecto de aborto dio un giro de suma importancia que, lamentablemente, pasó inadvertido. Este giro se expresó a través de la promoción de un supuesto principio que debía permear la aplicación del acompañamiento: «la no disuasión». Según este, las instituciones que brinden acompañamiento deben permanecer absolutamente imparciales frente a la decisión de la mujer. O sea, no sería deseable para el Estado que al final, después de ese período previo, la mujer decida mantener esa vida del que está por nacer.

Más allá de que esta pretendida neutralidad, en la práctica, es imposible, el principio «no disuasivo» esconde una nueva arista que agrava la inconstitucionalidad y, a mi juicio, el sentido ético del proyecto. En efecto, no solo se renuncia a la protección del que está por nacer en tres supuestos, sino que el Estado abandona deliberadamente el fomento del deseo de la madre de dar a luz a su hijo, propiciando lógicamente el aborto.

Por otro lado, hay también un efecto cultural no menor. El proyecto de aborto establece que la vida del que está por nacer puede ser objeto de disposición y, peor aún, que no es correcto motivar su nacimiento.

Lo anterior radicaliza todavía más la deshumanidad de esta iniciativa.

Juan Antonio Coloma
Senador UDI

 

Miércoles 26 de julio 2017

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Aborto y pena de muerte

Señor Director:

Diga lo que se quiera, excusas más o excusas menos, razones reales o ficticias o dialéctica pura, la expulsión del feto desde el vientre materno es un crimen.

Y con la misma perspectiva, habría que reponer la pena de muerte, aunque acá el condenado al menos tiene derecho a un proceso justo, a una defensa letrada e incluso a la misericordia, de todo lo cual no dispone el feto.

Carlos Aránguiz Zúñiga
Abogado

El mercurio 26 de julio 2017

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Conferencia episcopal de Chile: Con más fuerza promovemos el valor de la vida

Durante horas de esta mañana el comité permanente de la Conferencia Episcopal a publicado una declaración sobre las últimas tramitaciones de la votación de la Ley de Aborto en 3 causales en el Congreso.

Compartimos con ustedes estas palabras.

Con más fuerza que nunca, promovemos el valor de la vida

1. El Congreso Nacional está concluyendo la tramitación de la iniciativa que despenaliza el aborto en tres causales. Más allá de los trámites pendientes y de los posibles recursos ante el Tribunal Constitucional, el proyecto de ley aprobado nos parece un retroceso que instala y legitima en la sociedad chilena una discriminación injusta hacia seres humanos indefensos, cuya vida el Estado está llamado a garantizar y proteger. No consideramos que este proyecto de legislación constituya una respuesta humanizadora y civilizadora frente al drama mayor que viven las mujeres en las situaciones límite que las causales refieren. En vez de desplegar los mayores esfuerzos por ambas vidas humanas igualmente dignas -la de la madre y la del hijo que espera-, ahora en Chile habrá niños y niñas considerados «descartables», como ha llamado el Papa Francisco a todos los seres humanos que la sociedad margina porque «incomodan» o porque no son considerados dignos de vivir.

2. Con dolor constatamos la evidente contradicción con una ética fundada en el ser humano en cuanto imagen y semejanza de Dios, en el valor irrenunciable a la vida y en la dignidad de toda persona desde su misma concepción. Por esto, nos duele más aún las argumentaciones y la votación en favor de estas iniciativas de parlamentarios que se declaran cristianos. Ya en nuestro mensaje del 25 de marzo de 2015 habíamos dicho: «No matar deliberada y directamente al inocente es un absoluto moral cuyo reconocimiento y protección resulta indispensable para la vida en comunidad» («El derecho humano a la vida, a una vida digna para toda persona», n.º 7). Promover y cuidar la vida, desde su gestación y durante todas las fases de su desarrollo hasta la muerte natural, es un valor fundamental para todo ser humano que tiene conciencia de la igual dignidad de todas las personas, más aún cuando es creyente. Por eso, reconocemos y valoramos muy positivamente las opciones y acciones de los que han hecho todo lo posible para que se resguarde la sacralidad y dignidad de la vida humana desde las organizaciones de la vida civil y, en particular, la de los congresistas que han sido coherentes con su fe, aún en medio de la crítica o la incomprensión.
En un momento en que necesitamos recuperar las confianzas, las autoridades políticas son las primeras llamadas a testimoniar coherencia entre las convicciones éticas que proclaman y el actuar público que desarrollan.

3. Como Iglesia somos respetuosos de la actuación de los poderes del Estado en el contexto de la democracia. Con transparencia hemos ofrecido nuestra mirada en todas las instancias pertinentes, a través de personas e instituciones que seguirán trabajando en favor de la vida. Ante cada drama humano, los católicos continuaremos proclamando el amor infinito de Dios, que en la resurrección de su Hijo Jesucristo nos brinda la fuente de nuestra promoción de toda vida humana y de su dignidad. Renovados en esta esperanza, sigamos sirviendo con alegría a los más vulnerables, a los más pequeños, a los que no tienen un lugar en la mesa de Chile.

EL COMITÉ PERMANENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE

+Santiago Silva Retamales
Obispo Castrense
Presidente

+Cristián Contreras Villarroel
Obispo de Melipilla
Vicepresidente

+ Ricardo Cardenal Ezzati Andrello
Arzobispo de Santiago

+Juan I. González Errázuriz
Obispo de San Bernardo

+ Fernando Ramos Pérez
Obispo Auxiliar de Santiago
Secretario General

Santiago, 21 de julio de 2017.

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¡Cuanta Pena!

Señor Director:

¡Cuánta pena ha embargado nuestras almas últimamente! Primero, por el abandono, la violencia y descuido sufrido por los niños del Sename. Al leer los informes, como han dicho algunos legisladores, ¡queremos llorar a gritos! Segundo, por el horroroso maltrato a las mujeres del país, retratado en el caso de Nabila Rifo, quien representa a miles que son abusadas en secreto y nunca reciben la justicia debida. Pero ahora pareciera que se avecina otra profunda pena ante la tramitación en el Senado del proyecto de aborto en tres causales.

¡Otro tristísimo y doloroso escenario para nuestras madres con embarazos vulnerables y nuestros bebés inocentes! Muchos niños serán triturados, quemados con ácidos,succionados por solo su deformidad o haber sido engendrados en violación. Ya existe el dolor al perderlos cuando hay que salvar la vida de la madre, pero cómo no llorar a gritos de nuevo cuando vemos que este círculo de muerte se agranda y avanza hacia un aborto libre. ¿A esto ha llegado nuestro Estado laico, a rechazar la vida en toda su divina regalía?

¿Abandonamos a los niños bajo nuestro cuidado, privamos a nuestras mujeres de seguridad y justicia, y en vez de protegerlas de la violación, pasamos leyes que dañan a las madres y legalizan la destrucción de los bebés dentro del vientre, el lugar más seguro de la Tierra?

Es por estas razones que una gran mayoría de los evangélicos del país han hecho pública su intención de rechazar esta ley de aborto, y un llamado a la consecuencia a nuestros parlamentarios que afirman estar comprometidos con el cuidado de la vida. Las casi 600 mil firmas por la vida ya entregadas a La Moneda demuestran lo que las encuestas por varios meses han estado reflejando: que Chile, en su mayoría, considera que no vale la adicional pena abrir las puertas a una cultura del aborto.

Alfred Cooper
Obispo Iglesia Anglicana Chile

 

elmercurio.cl

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