ABORTO: ¿UN MAL MENOR?

Diciembre 25, 2015

Hasta hoy hemos sido espectadores de un debate frente a la posibilidad de legalizar (no nos engañemos, no es “despenalizar”) el aborto en Chile. A esta altura creer en esta falacia implica desconocimiento, por omisión o intencional.

Marcha La Alegria de ser Catolico

Lo que nadie ha señalado es qué ocurre con la mujer, de modo inmediato y mediato, luego de abortar. Y este punto es esencial para darnos cuenta de hasta dónde llegan los promotores del aborto, ocultando información fidedigna y científica al respecto.

Una mujer que decide abortar, en términos generales y mayoritarios (sobre el 92%) lo hará llevada por un carácter de cierta ambivalencia. Dada las presiones del entorno, coacciones, abandono de su entorno y social, siente que un embarazo no deseado es una situación imposible de llevar adelante, por lo que el aborto sería la solución que le permitiría sentir alivio inmediato. Alivio sólo aparente.

Ya sea aborto quirúrgico o farmacológico, la mujer, junto a esa ambivalencia siente dolor, sufrimiento y un estado de incertidumbre respecto de ella misma. El aborto farmacológico (misoprostol y en algunos países RU468 más misoprostol) provoca en ella un estado indeseable, dado los efectos que subyacen (vómitos, hemorragias, fuertes dolores, etc.) sumado al nulo apoyo y contención. Tanto en este tipo de aborto como en el quirúrgico el carácter traumatizante es el factor primordial.

Posteriormente se presenta una suerte de desorientación que lleva a la mujer a tener conductas evasivas tan dañinas como ingerir excesos de alcohol o recurrir a las drogas, entre otros aspectos. Pero una constante es el miedo frente a un resultado futuro: se pregunta permanentemente si con el aborto podrán ser madres cuando ella quieran, sumiéndolas en el temor de un daño para su fertilidad. Sin embargo, estudios cualitativos señalan que la característica que se repite mayoritariamente es la sensación de pena, tristeza y culpa, derivado de la conciencia de estar dando muerte a un ser gestante.

Para la mayoría de las mujeres que han abortado, éste no es un tema cerrado, simplemente el ciclo se mantiene abierto durante toda su vida y se manifiesta de diversos modos, incluso mediante sueños con su hijo abortado.

Para ellas, la única salida era el aborto, sin embargo, este criterio las sume en un estado depresivo que se puede exteriorizar de modo inmediato o muchos años después. La gran mayoría, al sentir culpa, se cuestiona cómo hubiese sido ese hijo o su propia vida y la de la familia, creando un espiral de angustia y desesperación, símil a la vivencia de un duelo o pérdida de un ser querido.

«La gran mayoría, al sentir culpa, se cuestiona cómo hubiese sido ese hijo o su propia vida y la de la familia, creando un espiral de angustia y desesperación, símil a la vivencia de un duelo o pérdida de un ser querido»— Andrea Balbontín.

Para ellas el aborto debe ser vivido en secreto, vivir su dolor de modo privado y no puede ser liberado, tanto por vergüenza como por una suerte de estigmatización social (en países donde el aborto es legal esta realidad es tan potente como en aquellos donde se prohíbe)

Se crea, así, una dicotomía: por un lado recurren a la justificación del aborto como vía para aliviar la presión que significaría un embarazo no deseado, y por otro , la vivencia traumatizante en sí, la sensación de pérdida, duelo y un rechazo inicial a la maternidad. Esta ambivalencia persiste como parte de su vida a lo largo de los años, dentro de su psiquis.

Estas consideraciones no son parte de una etiqueta social, cultural, política, religiosa, de educación o situación socio económica. Es transversal

No engañemos a la mujer diciéndole que el aborto es la única y mejor salida. Por el contrario, como sociedad debemos, de modo proactivo, contener, ayudar y apoyar durante todo el embarazo y posterior al nacimiento del ser en gestación a estas madres y exigir políticas públicas en orden a que el Estado garantice la satisfacción de estas necesidades fundamentales y no entregue una solución que tendrá, quieran o no, trágicas consecuencias para el resto de la vida de esas mujeres, a quienes se les negó toda ayuda que no sea terminar con la vida de su hijo.

Por : ANDREA BALBONTÍN

 

Fuente: eldemocrata.cl

Ver mas

Lo que calla el Colegio de Psicólogos de Chile sobre el Aborto

 

Columna del 3 de diciembre en Chileb.cl

El mes de noviembre de este año el Colegio de Psicólogos de Chile publicó un trabajo titulado “Salud mental y aborto terapéutico por riesgo vital de la mujer, inviabilidad fetal y violación” elaborado por la “Comisión de Género y Diversidad Sexual” de esta Asociación Gremial. El trabajo de 36 páginas está dividido en tres capítulos, el primero sobre aspectos políticos, sociales y culturales de la mujer y maternidad, el segundo sobre las investigaciones en el “Síndrome Post-Aborto“, y el tercero sobre el embarazo por violación y aborto.

Debido a la extensión del texto y el largo alcance de sus conclusiones, y por lo acotado de nuestro espacio, expondré mi reflexión crítica respecto a algunos puntos del segundo capítulo.

En relación al concepto de “Síndrome Post Aborto“, los autores concluyen que este síndrome no existiría: “a la luz de la mejor evidencia científica disponible, se puede establecer que el “Síndrome Post Aborto” es inexistente” (p.16). Sobre esto hay que distinguir, pues es distinto evaluar si existe una entidad clínica con características y curso propio que evaluar si existen síntomas o trastornos psicológicos asociados a un evento determinado. Determinar la existencia de una entidad clínica o nosológica es bastante más difícil que determinar la mera asociación entre un tipo de evento y síntomas de un trastorno mental. Para lo primero se requiere que la entidad clínica siga un patrón sintomático, epidemiológico y evolutivo distinto y que posea características neurobiológicas y psicológicas propias.

En este sentido, todo apunta a que efectivamente no existiría una enfermedad específica llamada “Síndrome post aborto“, porque si así fuera también se podría afirmar la existencia de un “Síndrome post violación“, “Síndrome post combate“, etc. Sin embargo, que no exista una entidad nosológica llamada “Síndrome post aborto” no cierra la puerta a una asociación o riesgo de desarrollar un trastorno psicológico debido a la realización de un aborto. De hecho, este síndrome no correspondería más que a un grupo heterogéneo de síntomas y trastornos que se presentan también en otras circunstancias (estrés post traumático, depresión, trastornos ansiosos, etc.) Por lo tanto, la simple afirmación “el Síndrome post aborto es inexistente” tendenciosamente confunde y desinforma a la gente.

Para determinar si el aborto se asocia significativamente con algún trastorno psicológico, se requiere de buenos estudios epidemiológicos. Lo óptimo sería (sólo estadísticamente hablando) que un grupo de mujeres embarazadas que piensa abortar sea conducido aleatoriamente a una de dos salidas posibles, el aborto o la continuación de su embarazo hasta el término, para posteriormente evaluar y comparar el estado mental de cada grupo. Dado que moralmente este tipo de trabajo no se puede ni debe realizar, la información debe ser obtenida de forma aproximada con otros tipos de estudios que pueden variar en su calidad estadística. La veracidad de la asociación dependerá de la calidad de esos estudios.

En este último aspecto el trabajo del Colegio de Psicólogos comete un error importante, ya que no cumple con algo que se espera de un buen trabajo de revisión de la literatura, que es mostrar cuál fue la metodología de búsqueda y análisis de los trabajos. Al no hacerlo pierde seriedad, credibilidad y valor. Tampoco clasifican ni jerarquiza los distintos trabajos según su calidad estadística. De hecho, el trabajo del Colegio de Psicólogos no menciona varios estudios cuantitativos y cualitativos recientes y de buena calidad estadística, que muestran un riesgo significativo de desarrollar trastornos psicológicos tras un aborto.

Matías Correa.

Ver mas

Profesionales acusan de ideológicos al colegio de Psicologos

 

 

Esto muestra la instrumentalización del
sufrimiento de la mujer para lograr en
realidad el aborto libre en Chile».

«No existe evidencia alguna que demuestre que el aborto favorece o
recupera la salud mental de una mujer que se encuentra en estas
difíciles situaciones. Esta falacia invisibiliza a la mujer y vulnera su
subjetividad, negando este daño y haciéndolo instrumento de un
voluntarismo político peligroso».
Así respondieron más de 200 profesionales de la salud mental al
Colegio de Psicólogos de Chile, luego de que esta entidad
asegurara que no existe el «Síndrome postaborto» y que, en
muchos casos, las mujeres sienten alivio al poner término a un
embarazo no deseado.

Descarga aquí la carta :Aborto-y-Salud-Mental-de-la-Mujer

A través de una declaración pública de siete páginas, 189
psicólogos y 19 psiquiatras contrarios a la postura del gremio
afirman que «es mejor no usar información tendenciosa y de
supuesta validez médica, si el fin de la misma no es otro que abrir el
camino al aborto libre, una propuesta con la que muchos no están
de acuerdo».
Los profesionales advierten que el debate nacional sobre el aborto
exige que las razones sean analizadas en profundidad y con altura
de miras, pues una mala política pública puede generar un daño
muy superior al que se intenta evitar.
«El análisis del Colegio de Psicólogos es ideologizado y arbitrario y
conduce a pensar que el aborto sería una opción válida por el solo
hecho de que el embarazo no deseado dañaría la salud mental de
la mujer y su hijo. Esto excede ya en sí mismo los propósitos de la
ley en trámite (proyecto de aborto en tres causales) y muestra la
instrumentalización del sufrimiento de la mujer en estas tres
causales para lograr en realidad el aborto libre en Chile».

 

En la declaración pública aclaran que «efectivamente no existe una
enfermedad específica llamada Síndrome Post Aborto, así como
tampoco existe el Síndrome postviolación, o el Síndrome
postcombate. Sin embargo, que no exista un diagnóstico para
nombrar esta condición, no significa de ninguna manera que no
exista riesgo de desarrollar un trastorno psicológico o psiquiátrico
debido a la realización de un aborto».

 

Fuente: La segunda

 

Noticias y columnas relacionadas:

http://diario.latercera.com/2015/12/07/01/contenido/opinion/11-204439-9-trauma-post-aborto.shtml

http://diario.latercera.com/2015/12/06/01/contenido/opinion/11-204377-9-trauma-post-aborto.shtml

http://diario.latercera.com/2015/12/03/01/contenido/opinion/11-204112-9-trauma-post-aborto.shtml

http://www.chileb.cl/perspectiva/lo-que-calla-el-colegio-de-psicologos-de-chile-sobre-el-aborto/

http://www.eldemocrata.cl/opinion/aldirector-decepcionante-postura-del-colegio-de-psicologos-sobre-aborto-y-salud-mental/

 

Ver mas

Niños que son abortados y nacen vivos

Columna de Soledad Alvear  en  latercera.cl 

DESDE que entró este año el proyecto de ley de aborto en la Cámara de Diputados, la discusión en torno a la cuestión ha mostrado que ese tema no es fácil, ni rápido y que, tal como lo solicitaron varias autoridades, se debe dar un debate con alturas de miras.

Hemos dado a conocer nuestra postura sobre el aborto por estos medios pero, y conforme al espíritu de tener un debate con alturas de mira, queremos enfocar esta columna sobre otro aspecto de la propuesta de este proyecto de ley de aborto y que nos preocupa de sobremanera: el aborto tardío, hasta los 9 meses, posterior a las 22 semanas de gestación, periodo de viabilidad definido por la Organización Mundial de la Salud, y más específicamente con el tema de los niños que nacen vivos después de un aborto.

 

Seguir leyendo

Ver mas