por Directora Ejecutiva Fundación Chile Unido
COMO SOCIEDAD hemos contribuido a una cultura de prevención frente aquellas situaciones que atentan contra la integridad de las personas, como son los programas de prevención del consumo de alcohol, enfermedades cardiovasculares, obesidad infantil, accidentes del trabajo, entre otros ámbitos, lo que ha marcado una línea de acción de cómo enfrentar y dar solución a los problemas que como país nos preocupan. Entonces, por qué ante el llamado que nos hizo la Presidenta a dialogar en torno al aborto, en vez de proponer acciones de prevención, se está avanzando en formalizarlo y financiarlo.
Recordemos que este debate legislativo busca dar respuesta a la preocupación de la Presidenta y del Ejecutivo en que “cada aborto en el país, es que como sociedad estamos llegando tarde”. Fundación Chile Unido en representación de miles de mujeres acogidas con embarazos vulnerables y con 17 años de trayectoria exitosa en la prevención del aborto, ha puesto su programa al servicio del país presentándolo ante la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, en la Comisión Técnica que conformó especialmente el Partido Demócrata Cristiano, en audiencias con parlamentarios de distintas bancadas, exponiéndolo en seminarios e instancias donde se ha debatido la despenalización del aborto.
El Programa de Acompañamiento Integral de la Fundación ha acogido a mujeres de distintas edades, a lo largo de todo el país, a través de un acompañamiento gratuito, sistemático y continúo hasta que sus hijos cumplen el año de vida. Cuenta con una red multidisciplinaria de apoyo, que busca entregar soluciones concretas a las diversas problemáticas.
Este apoyo integral ha permitido que más de 4.650 niños hayan nacido y junto a ellos, vemos madres orgullosas y contentas de haber continuado con su embarazo ante toda adversidad, lo cual se contrapone con el aborto, que es irreversible y genera secuelas en la salud física y psicológica de la mujer. Realidad que conocemos por evidencia científica y por los testimonios que se acercan a la Fundación, como fue el caso de Flavia: “Esa imagen difusa fue un niño que sacrifiqué… Cómo hubiese querido tener a alguien que me hiciera mirar la terrible decisión que estaba tomando. Miro hacia atrás, miro lo irreversible y solo me quedo con un tremendo vacío. Tengo que cargar con esta tristeza que tengo pegada en el alma”.
Desde la visión de esta experiencia, podemos confirmar que cuando una mujer está en riesgo de abortar, si es acogida y acompañada, previene el aborto en un 85% de los casos, y más aún, cuando sus embarazos han sido producto de una violación, este porcentaje aumenta en un 96% de los casos.
Entonces cabe preguntarse ¿Dónde quedó nuestra cultura de prevención? Como país tenemos la oportunidad de reafirmar nuestro compromiso con la mujer en condición de maternidad y el cuidado por el más indefenso, el niño que está por nacer. Humanicemos este debate, lo que Chile necesita es un programa a nivel nacional que vaya dando respuesta a resolver todo aquello que le hace a una mujer pensar en el aborto. Solo así no llegaremos tarde, el aborto no es la solución.
Fuente: latercera.cl