DESDE que entró este año el proyecto de ley de aborto en la Cámara de Diputados, la discusión en torno a la cuestión ha mostrado que ese tema no es fácil, ni rápido y que, tal como lo solicitaron varias autoridades, se debe dar un debate con alturas de miras.
Hemos dado a conocer nuestra postura sobre el aborto por estos medios pero, y conforme al espíritu de tener un debate con alturas de mira, queremos enfocar esta columna sobre otro aspecto de la propuesta de este proyecto de ley de aborto y que nos preocupa de sobremanera: el aborto tardío, hasta los 9 meses, posterior a las 22 semanas de gestación, periodo de viabilidad definido por la Organización Mundial de la Salud, y más específicamente con el tema de los niños que nacen vivos después de un aborto.