MINSAL DA LA CLAVE: ABORTO NO ES TEMA DE SALUD PÚBLICA

Por Andrea Balbontín

 

Dos nuevas iniciativas ha propuesto el Ministerio de Salud, cuyo sentido y alcance es, sin duda, la protección hacia la mujer embarazada y al nonato, haciendo eco, de este modo, a los derechos fundamentales garantizados por la vía constitucional, civil, penal.

Una de las medidas apunta al reconocimiento respecto del estado del embarazo. “No es una enfermedad”, señalan. Y por tanto, no existirá más la declaración de pre existencia ante las Isapres, como es hasta hoy.

La segunda iniciativa es una campaña que comenzaría en Mayo de este año, como forma de combatir el tabaquismo y que busca proteger la salud del que está por nacer. Para tal efecto, usarán las cajetillas de cigarrillos, tal como hoy vemos frente al cáncer. Se trataría de visibilizar el daño que el tabaco causa en el nonato.

Pero ¿cuál es el trasfondo de esta materia? Frente a dos iniciativas del Minsal queda de manifiesto, y en forma evidente, que el aborto no es un tema de salud pública y nunca lo fue. De hecho, conforme a la evidencia científica, Chile ocupa el segundo lugar en salud materna en el continente americano, luego de Canadá; jurídicamente, la ley protege la vida tanto de la madre como la del hijo; éticamente, existe un Código Ético del Colegio de Médicos, cuyo sentido es proteger, siempre, la vida de ambos, no cabe duda que desde un principio no era un asunto correspondiente a salud.

La defensa y protección jurídica de la vida a partir de la fecundación, como derecho humano queda refrendado en diversos fallos: de la Corte Suprema (año 2001), Tribunal Constitucional ( año 2008), acta del Senado (de 1989, donde consta que el no nacido es persona en el sentido que la Constitución señala).

Luego, el aborto es la bandera de lucha de una ideología que promueve, malamente y con engaños, una política basada, no en la igualdad, sino en una división extensa de carácter genérico, en contra de una sociedad que aún mantiene los valores y principios de lo que es, por naturaleza, la persona y consecuentemente, la familia.

En resumen, se trata de instaurar, tanto en nuestro país, como en toda Latinoamérica, la ideología de género, donde, utilizando a la mujer, pretenden convencer a la ciudadanía de que garantizar el aborto es un tema de derechos -más aún, derecho humano- a favor de ella, cuando, la realidad es que sólo cosifica, instrumentaliza y desnaturaliza la esencia de toda persona de sexo femenino. Todo derecho humano, fundamental, corresponde a las personas, sin distingo ni discriminación, entonces ¿de qué derecho humano hablan? El primer derecho fundamental es garantizar la vida de todo individuo de la especie humana, es decir, ser humano, persona, no nacido desde la fecundación.

 

 

Fuente: El Demócrata 

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ABORTO Y LEGISLADORES

Carta al Director en El Mercurio
Nicolás Monckeberg, Diputado

Señor Director:

El doctor Fernando Zegers, en su columna publicada el viernes 19 de febrero, junto con emplazar a los legisladores a votar a favor del aborto, realizó una serie de afirmaciones que es necesario refutar.

En primer lugar, recurre al fácil recurso de rechazar la posición de sus contradictores atribuyéndola a una mera postura religiosa. El aborto no es una cuestión religiosa, ni confronta a católicos contra agnósticos o ateos: se trata, ante todo, de un tema moral y jurídico. La Iglesia hoy rechaza el aborto, por las mismas razones que antes defendió los derechos humanos y condenó la tortura durante la dictadura militar.

El debate de fondo es la naturaleza y los límites de la protección de una vida humana. En otras palabras: ¿queremos que en nuestro país la vida de un niño o niña en gestación sea un asunto de conciencia, decidido por cada cual a su manera, o creemos que se trata de una materia que afecta al orden público y a los fundamentos de la convivencia?

Al oponernos al actual proyecto que despenaliza el aborto, no lo hacemos apelando a la fe, sino a principios básicos de nuestro ordenamiento jurídico. Considerar el aborto como un derecho atenta contra el derecho a la vida y, en nuestra opinión, el ordenamiento jurídico nunca debe abandonar a la sola conciencia individual la protección de una vida humana, pues ese es uno de los fines fundamentales del derecho.

Fernando Zegers afirma que los diputados debemos votar frente al aborto abandonando nuestras convicciones personales. Esto no solo resulta absurdo, sino que, además, es inconsistente, ya que sus propios argumentos no son otra cosa que reflejo de sus creencias y valores personales sobre el tema. ¿No es acaso una creencia personal sostener, como él mismo lo hizo en la Comisión de Salud, que «la dignidad de un embrión de un ratón, de un mono o un conejo» es comparable a la dignidad de un embrión humano? Afirmar que el embrión humano no es persona y que no puede ser sujeto de derecho alguno, ¿tampoco es una creencia personal?

No comparto dichas opiniones, pero las entiendo, pues a diferencia de los otros partidarios del aborto, en el caso del Dr. Zegers no solo intervienen factores filosóficos en esta discusión, pues en caso de que se reconozca el estatuto personal del embrión, su actividad profesional misma se vería afectada. Esto no lo excluye a priori de la discusión, pero sería importante que todos transparentáramos los intereses que eventualmente pudiéramos tener en juego en este debate.

Es fundamental que este debate lo hagamos en profundidad, sin maquillajes, sin vetos ni eufemismos. Muchos se presentaron en el Congreso promoviendo el aborto en las tres causales con argumentos que eran íntegramente aplicables para justificar el aborto libre o a sola demanda. Sin embargo, muy pocos se atrevieron a reconocer que su verdadera intención era aquella.

En una sociedad democrática, el respeto y la tolerancia a las opiniones es un pilar básico, y esta no se fortalece legislando en función de las encuestas, como sugiere Fernando Zegers, menos cuando están en juego vidas humanas, sino debatiendo con toda la verdad.

Nicolás Monckeberg Díaz
Diputado

Viernes 26 de Febrero

Fuente: El Mercurio

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“El ejemplo de Chile desmonta a la ONU, por eso Bachelet quiere promover el aborto”

Desde hace un año se debate en Chile, la iniciativa de Bachelet de despenalizar el aborto en tres supuestos: violación, malformaciones incompatibles con la vida y riesgo de vida para la madre. Además, la normativa permitiría abortar a las niñas y limitaría el derecho a la objeción de conciencia.

Para entender el alcance de esta legislación, promovida por la presidente Michelle Bachelet, y si responde o no a las necesidades de las mujeres de ese país Actuall con Jorge Acosta, director ejecutivo del Instituto Res Pública y asesor de Siempre por la vida.

Por María Isabel Magaña

 

 

¿Cuántos abortos ilegales se realizan en Chile?

El Gobierno asegura que entre 100.000 y 200.000 al año, pero la Revista Médica de Obstetricia y Ginecología de Chile hizo un estudio epidemiológico serio y concluyó que la cifra está entre 13.000 y 18.000 abortos al año. En Chile nacen 250.000 niños al año, por lo que es absurdo decir que hay un aborto por cada niño nacido.

¿Por qué si Chile tiene tasas de mortalidad materna tan bajas y buenos servicios de salud materna se promueve un proyecto abortista en el país?

Chile es un experimento natural, como llaman los científicos. Cuando tienes una agenda de la ONU o de organismos internacionales que te dicen que hay que promover el aborto como forma de mejorar la salud materna y ves que existe un ejemplo como el chileno, la tesis de los abortistas se cae.

En Chile el aborto está prohibido hace 30 años y pese a eso tiene la menor tasa de muertes maternas por embarazo de Suramérica. Está al mismo nivel de la de Estados Unidos, donde el aborto fue aprobado hace 40 años. Por lo tanto, el aborto no es la respuesta a la salud de las madres.

“El proyecto no lo promueve el Ministerio de Salud, como una política sanitaria, sino el Servicio Nacional de la Mujer, como política de género”

Pero entonces si la tradicional tesis feminista no es válida, ¿por qué despenalizarlo en el país?

El proyecto se está promoviendo porque la presidente Bachelet lo tiene como un proyecto personal. Ella fue directora de ONU Mujeres y dijo en más de un foro que le parecía vergonzoso que en su país hubiese una ley tan retrasada, según ella, con respecto al aborto. Lo más progresista, moderno, desarrollado, según ella, es tener una ley de aborto. Tan así es, que el proyecto no lo promueve el Ministerio de Salud, como una política sanitaria, sino el Servicio Nacional de la Mujer, como política de género.

¿Responde realmente el proyecto a las necesidades de la mujer chilena?

Hace muy poco se publicó en Chile un estudio que entrevistó a mujeres durante los últimos 15 años que han llegado a lugares de acogida y se les preguntó por qué pensarían en abortar. Más del 92% señaló que lo haría por coerción, miedo, violencia o pérdida de expectativas de vida. Lo hacen por razones muy distintas a las causales que se van a despenalizar. Esto nos debería servir para resolver el aborto no con una ley que lo promueva sino que lo prevenga y de programas de acompañamiento a mujeres que tienen embarazos difíciles.

¿Y este tipo de programas no han sido desarrollados en Chile?

El Gobierno dijo que iba a promover un programa de acompañamiento, pero sólo han sido declaraciones de intenciones para tratar de conseguir votos. Había un teléfono de ayuda a la mujer con embarazos vulnerables y le quitaron los fondos. Había un centro de ayuda para mamás adolescentes y también les quitaron los fondos. El único proyecto para la mujer que se ha trabajado es el de aborto.

¿Qué opina el ciudadano de a pie sobre la despenalización del aborto?

Si le preguntas a un chileno que esté caminando por la alameda si está a favor del aborto libre o a demanda, el 70% dirá que está en contra. Pero el mismo 70% está a favor del aborto en unos casos extremos, porque lo ven como la mejor solución. Si se analizan los argumentos por los que creen que eso sucede, te das cuenta que está todo sustentado en mitos.

¿Cuáles son esos mitos?

El primero es que obligar a una mujer a continuar con un embarazo es someterla a un duro sufrimiento psicológico. Pero diferentes organizaciones psiquiátricas en Chile han comentado que no hay ninguna metodología que demuestre que el aborto es un tratamiento para la salud mental de la mujer. Por el contrario, las mamás que abortan tienen mayor riesgo de depresión, estrés postraumático e intentos suicidas que las que siguen con el embarazo.

“Por cómo está hecho el proyecto de Ley, todas las causales dan espacio para un aborto libre”

¿Y en el caso de riesgo de vida de la madre o violación?

Se ha hecho creer que en Chile está prohibido salvar la vida de la madre cuando está en peligro. La realidad es que todos los ginecólogos salvan la vida de las madres porque saben que es su deber legal, ético y profesional. Si no salva la vida de la madre, se va a la cárcel. Y esto no está penado, de lo contrario no tendríamos las bajas tasas de muerte materna que tenemos.

En el proyecto, sólo el supuesto de violación tiene fecha límite para practicar el aborto. ¿Será esto un proyecto de aborto libre ‘camuflado’?

Por cómo está hecho el proyecto de Ley, todas las causales dan espacio para un aborto libre. No se necesita un especialista para certificar malformaciones ni autopsia posterior. No hay que certificar la violación, solo basta recurrir a esa causal. No se especifica qué es peligro para la vida de la madre, por lo que todos los médicos que no tengan problema con hacer la práctica abortiva pueden aplicar esa causal libremente.

¿Es entonces un proyecto para restringir el aborto libre?

No es restrictivo, es permisivo. Es un proyecto de legalización del aborto porque obliga al médico a realizar el aborto con la petición de la mujer. Si hay objeción de conciencia, esa obligación recae sobre la institución de salud. Frente a la mera petición de la mujer, el aborto debe realizarse igual.

El Gobierno asegura que esta Ley no es impositiva y que no afectará a nadie. ¿Qué opina al respecto?

Al comparar los nacimientos de niños con síndrome de down entre Chile y Estados Unidos o Europa se ve que en nuestro país nacen 3 o 4 veces más niños con esta condición. Es verdad que en Chile no se legalizaría el aborto de estos niños, pero en todos los países donde hay aborto libre se parte de una ley de causales como esta y luego se empiezan a ver estos casos. Aprobar el aborto relativiza el valor de la vida y permite que el que tenga ‘taras’ pueda eliminarse, aunque hoy eso se vea como inhumano.

¿Cree que este proyecto puede aprobarse este año?

Este semestre es improbable porque aún no ha pasado por la Cámara Baja de los Diputados y todavía tiene que pasar por las comisiones de la Cámara Alta del Senado. Y eso si no hay modificaciones. Además, no es prioridad para un Gobierno que tiene una aprobación entre el 24% y 28%, una economía que puede entrar en recesión y una presidente acusada de corrupción por las acciones de su hijo.

Fuente: Portal Actuall

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Aborto … de nuevo

Si queremos un país más desarrollado y más humano, urge tener una educación de calidad, mejores oportunidades laborales, fortalecer las familias y no seguir presentando el aborto como una receta milagrosa a los problemas de abandono, violencia y pobreza.

Por Julio Isamit

El lunes de esta semana, la Presidenta Bachelet regresó de sus vacaciones. Lo hizo en medio de un complejo clima de opinión pública, marcado por los eventuales nuevos casos de corrupción y tráfico de influencias al interior de Palacio y de otra baja en las encuestas que sitúa el rechazo a su gestión en un 65% según CADEM.

La Presidenta hizo llamados al orden, a la lealtad con el gobierno y a dar celeridad legislativa a la reforma laboral y al proyecto de aborto.

Sin detenernos a considerar las graves consecuencias que una mala reforma laboral puede tener para los trabajadores de nuestro país -y para quienes no tienen trabajo y lo desean- creo que es necesario hacer algunos comentarios respecto a la obsesión abortista que parece existir en una parte del oficialismo.

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Fuente: El Líbero

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