Francisco Chahuán presente en conservatorio organizado por Chile es Vida

El pasado Lunes 16 de mayo se reunieron en el Ex Congreso Nacional de Santiago, La Coordinación de Chile es Vida, además de las agrupaciones Chile unido, Comunidad y Justicia, Vamos Mujer y  Fundación San José, junto al senado Francisco Chahuán para liderar un conversatorio con e fin de conocer de que forma abordarán en el senado el Proyecto de Ley de Aborto en tres causales.

En en lugar, la conversación se centró en aunar las fuerzas y generar espacios de debate sobre el aborto, en el que la ciudadanía sepa lo lo importante que es evitar esta legislación.

En la ocasión también fueron entregados los premios del 1° Concurso Audiovisual «Un Video x la Vida»

1° Lugar:  Florencia Galilea

2° Lugar:  Vasco Acuña

3° Lugar: Fiorella Monichi

Mención Honrosa:  Paulina Cofré

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Aborto: Realismo Trágico

Cartas al Director El Mercurio 9 mayo 2016
 

Señor Director:

En la carta «Aborto: no más realismo mágico», publicada el 6 de mayo, las señoras Zúñiga, Madrid, Dides y otras, tratan de justificar el aborto, argumentando que el feto de 12 o 14 semanas no puede sentir dolor. Para hacerlo, se basan en un estudio de la revista JAMA, publicado en 2005.

Además, afirman que el proyecto pone los límites para un aborto a las 14 semanas. Nos preguntamos si alguna de ellas habrá leído con detenimiento el proyecto presentado, porque, de ser así, debieran saber que, para las situaciones que están contempladas en él, rara vez se haría un aborto precoz. En caso de riesgo materno, no hay límite de edad gestacional, y las malformaciones excepcionalmente son diagnosticadas antes de las 12 semanas. Entonces, es importante contextualizar lo que se está discutiendo.

La experiencia en unidades de neonatología, donde sobreviven niños cada vez más pequeños (de 22 a 24 semanas), nos muestra claramente que ellos sienten dolor. Esta capacidad no aparece de un momento a otro, sino en forma gradual. Si siendo tan pequeños es evidente que sienten dolor, ¿desde cuándo lo sentirán?

Para que el dolor sea percibido, se necesita que estructuras a distintos niveles funcionen de manera integrada. Terminaciones sensoriales para el dolor, médula espinal, tálamo y corteza cerebral. La primera actividad detectable se observa a las 7 semanas. Entre las 14 y las 20 semanas de gestación, se establecen vías que permiten una percepción «madura» del dolor. Los niños no nacidos pueden ser incluso más sensibles al dolor que un adulto, porque, si bien tienen todas las estructuras del dolor activas, aún no maduran los mecanismos que ayudan a calmarlo.

El estudio al que aluden Zúñiga y compañía se realizó extrapolando el desarrollo de otros circuitos sensoriales (como la visión y la audición), pero no estudiando directamente los circuitos del dolor. Además, concluye erróneamente que se requiere de una respuesta a nivel de la corteza cerebral para sentir el estímulo doloroso. Sin embargo, ha sido demostrado en distintas situaciones que lo que se requiere para poder percibir dolor es el tálamo, y su actividad está bien desarrollada antes de las 20 semanas. Con la evidencia disponible actualmente, podemos concluir que el no nacido puede comenzar a sentir algún tipo de sensación dolorosa desde muy temprano en su desarrollo y no cabe duda de que puede sufrir una espantosa agonía durante un procedimiento abortivo. Esto es realismo, es un realismo trágico.

Con estos antecedentes, no es responsable asegurar que el feto no siente dolor. Sostenemos que incluso si el no nacido fuera incapaz de sentir dolor, esto no es justificación alguna para darle muerte.

Dra. Constanza Saavedra C. Dra. Francisca Valdivieso Dra. Francisca Decebal-Cuza G. María Ester Goldsack Dra. Rosario Rivadeneira Dr. Osvaldo Sepúlveda Miranda

y 225 personas más. Lista firmas

 

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Hablemos de Violación

Carta al Director El Mercurio 3 de mayo 2016

Señor Director:


A propósito de la carta de la escritora Isabel Allende publicada en este mismo medio, comparto una reflexión desde la experiencia acogiendo a mujeres con embarazos no deseados, no planificados o en situación de vulnerabilidad, quienes al recibir el acompañamiento psicosocial integral que ofrecemos en la Fundación Chile Unido, en un 85% continúa con su embarazo, previniendo el aborto.

Cuando una mujer ha sido violada, al ser acogida, contenida y apoyada en su vulnerabilidad y en el drama que representa una violación, el acompañamiento se hace aún más significativo, puesto que el 95,8% de estos casos no aborta, continúa con su embarazo; solo el 18% de ellas entrega su hijo a una familia adoptiva, y las otras madres están junto a sus hijos.

María Victoria Reyes S.
Directora del Programa de Acompañamiento Integral, Fundación Chile Unido 

 

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La ampliación de la cocina

Espacio Abierto, Diario la Tercera Lunes 25 de Abril

QUIENES TENÍAN conciencia, en la década de los 80, recordarán un chiste clásico que decía: “¿Cómo le das más libertad a la mujer? Ampliándole la cocina”. Como suele hacer el humor, éste hablaba mucho de cómo pensaba nuestra sociedad, exponiendo la idea de que, agregando metros cuadrados a la cocina, dejabas a la mujer contenta. Mostraba también una buena forma de limitar su rol a lo doméstico y, a la vez, entregarles la ilusión de libertad, mientras el país podía seguir siendo manejado por y para hombres.

Mucha agua bajo el puente ha pasado desde ese chiste. Tanta, que lo que hace 30 años pudo haber sido divertido, hoy sería tomado como un verdadero insulto. Sin embargo, esta manera de pensar, lejos de haber desaparecido, sólo se ha sofisticado. Es así como hoy nos encontramos frente a un proyecto de ley para legalizar el aborto, que se nos vende como un derecho conquistado por las mujeres para ganar libertad y empoderarnos, pero no es más que una ampliación de la cocina 2.0. Porque, lejos de ser un derecho, el aborto es un síntoma de vulnerabilidad: Cuando una mujer se siente forzada a tomar una decisión en base a coerción (presión de la pareja, familia o empleador), o porque las expectativas de desarrollo disminuyen considerablemente al ser madre, no se puede hablar de libertad; y ésas son las razones que entregan la mayoría de las mujeres que piensan en abortar. No se puede hablar de una conquista en los derechos de las mujeres cuando la mayoría de las veces el aborto es motivado por alguna forma de violencia o discriminación. Cuando la alternativa que se ofrece al aborto es dejar a la mujer con un embarazo en conflicto sola y sin apoyo, no se puede decir que se la está empoderando. Empoderar no es delegar en la mujer la responsabilidad de decidir matar a su hijo, mientras el hombre se desentiende del “problema”. En un acto que es violento para dos seres humanos, y que termina convirtiéndose en un mal muchísimo mayor que el dolor de un embarazo difícil, no puede haber libertad, ni conquista de derechos, ni empoderamiento.

Entonces, como un muy mal chiste, se nos quiere dar la ilusión de libertad, cuando lo cierto es que el aborto resuelve el conflicto de forma superficial, niega que la maternidad empieza mucho antes del parto y trata como un objeto desechable a un ser humano. Considerar el aborto como una solución es abordar el problema desde una visión machista, ya que la manera de darle libertad a la mujer es deshaciéndose de su maternidad, en vez de cambiar la visión de la maternidad como obstáculo para el desarrollo integral de la mujer.

Si queremos empoderar a las mujeres, promovamos opciones para lograr su participació en el ámbito laboral, familiar, social y público, sin que sea “a pesar” de la maternidad, sino que con ella, de forma natural e integrada. Si queremos una cultura de paridad entre hombres y mujeres, entonces trabajemos para que los hombres asuman su responsabilidad y su rol en la paternidad.

Cuando la maternidad deje de considerarse un estorbo, la discusión sobre cómo darnos más libertad a las mujeres perderá sentido, porque la verdad es que no queremos que nos den nada, queremos simplemente aportar y participar en la sociedad, incluyendo nuestras diferencias. En ese momento, ni la ampliación de la cocina ni el aborto servirán de monedas de cambio para mantener el statu quo que deja a las mujeres en el mismo espacio de siempre.

No nos ofrezcan la ampliación de la cocina, porque lo que queremos es habitar la casa completa, en armonía con todos sus moradores, y tomar nuestro lugar en el mundo que existe fuera de ella.

Francisca Jofré
Vocera Movimiento de Mujeres Reivindica

 

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