Aborto: Un camino sin retorno

A pro-life campaigner holds up a model of a 12-week-old embryo during a  protest outside the Marie Stopes clinic in BelfastA fines del mes pasado el gobierno firmó un proyecto de ley que despenaliza el aborto en tres situaciones: riesgo de vida de la madre, inviabilidad del feto o violación. A esto sigue un debate donde la Iglesia Católica podrá dar a conocer su opinión al respecto. No se trata de una imposición, sino de una invitación a respetar la vida desde su inicio, tras la unión del óvulo con el espermatozoide, hasta el final de sus días procurando una existencia digna con acceso al trabajo, a la educación, a la salud y a la vivienda, entre otros derechos básicos.

“Este proyecto de ley no solo despenaliza el aborto, sino que además quiere hacer ver a la sociedad que una vida humana dentro del vientre materno vale menos que fuera de él”. Esta es la opinión de monseñor Fernando Chomali, Arzobispo de Concepción y miembro de la Pontificia Academia para la Vida. A su juicio no se puede reconocer la dignidad a los seres humanos de acuerdo con su estadio de desarrollo. Esto es peligroso, pues “deja al más débil en la más absoluta indefensión”.

El ginecobstetra Mauricio Besio, profesor en la Universidad Católica y miembro de su Centro de Bioética está de acuerdo con esta afirmación. “Las implicancias de la aprobación de esta ley, aunque sea en figuras acotadas, tendrán una repercusión muy importante para todos”. Explica: “Por primera vez se permitiría atentar contra la vida de seres humanos en estado de extrema vulnerabilidad. Si se traspasa el límite de ese respeto básico quedaría legalmente muy débil la defensa de la vida de los no nacidos en situaciones no tan dramáticas”. Es decir, “se facilitaría la posterior legalización del aborto en cualquier circunstancia”. Añade: “Significaría un cambio trascendente en la profesión médica, ya que por primera vez se permitiría legalmente que médicos pudieran atentar contra la vida de los pacientes que tienen a su cargo y bajo su responsabilidad”.

Si la vida de la madre está en riesgo

Algunos de quienes están a favor de la despenalización del aborto argumentan que la interrupción de un embarazo antes de las 22 semanas sería ilegal, lo cual inhibiría la actuación de los médicos en casos de embarazo con riesgo vital. El doctor Besio refuta esta postura exponiendo su experiencia como médico en hospitales públicos y privados: “Nunca he tenido ningún impedimento para efectuar interrupciones de embarazos con mujeres en riesgo vital y son acciones que se realizan en todas las maternidades del país. Más aún, si no se realizaran serían juzgadas como negligencias médicas. Un médico no puede dejar morir a sus pacientes sin intentar tratarlos”. De hecho estas acciones no están tipificadas como abortos. Explicita: “En aquellas situaciones en que el médico tratante, después de hacer todos sus esfuerzos, llega a la convicción razonable de que si continúa la gestación se morirá la madre, su obligación ética es interrumpir ese embarazo. Así lo consideramos universalmente los obstetras”.

Esto porque salvar a la madre es la única opción terapéutica también para el feto, ya que si se muere ella, inevitablemente él también perecerá”.

Hijos “incompatibles” con la vida

En el caso de tener un embarazo con un feto no viable, Elizabeth Bunster, fundadora del Proyecto Esperanza que acompaña a madres que han abortado a sus hijos (presente en 12 países de América Latina a través del Celam), es clara: “No existen mujeres que quieran abortar, sino circunstancias adversas para un embarazo”. Tras 16 años de experiencia se pregunta qué madre decidiría terminar con la vida de un hijo porque está gravemente enfermo, independiente de la edad del pequeño. “Es erróneo pensar que una madre sufrirá menos si su hijo muere antes. Por el contrario, los testimonios de mujeres que continúan con su embarazo muestran que ese hijo le dio otro sentido a la vida porque le entregaron todo hasta el último momento”.

Cree que es un contrasentido despenalizar el aborto, ya que existe un programa gubernamental de protección a la infancia desde su gestación, el “Chile crece contigo”. “Lo que es necesario y humanitario es que existan prestaciones y apoyo concreto para la mujer con un embarazo en condición de adversidad. Por ejemplo, acompañamiento médico, sicológico y espiritual cuando el niño viene con una enfermedad que lo hace inviable”, dice Bunster. “De lo contrario haríamos de nuestra sociedad un espacio utilitarista que impone una suerte de control de calidad a los seres humanos”, declara. El obispo Chomali complementa esta idea y detalla que en Europa los bebés con síndrome de Down son considerados niños con graves malformaciones y por lo tanto susceptibles de ser abortados, lo que hace ver “lo arbitrario que resultan los términos”.

 Víctimas de una violación

Elizabeth Bunster recuerda que tras dar una charla sobre el Proyecto Esperanza a estudiantes de tercero medio de un liceo, se le acercó una niña y le agradeció la ponencia. “Soy fruto de una violación y agradezco a mi madre que me haya amado profundamente, además de haberme dado la vida”, confiesa que le dijo. El doctor Besio acota: “Parece muy poco razonable obligar a una mujer a hacerse cargo de ese hijo. Sin embargo, la complejidad está dada en que tampoco parece razonable dar muerte al hijo gestado que también es una víctima inocente. Esa vida es tan valiosa como la de todos nosotros y atentar contra ella es una injusticia y discriminación inaceptable. Me parece que el cuidado de ambos es responsabilidad de todos nosotros. Debemos extremar las medidas de apoyo para ambos y favorecer la adopción del recién nacido si la madre así lo decide”.

Una sociedad solidaria

“Una sociedad que ofrece una ley de aborto no es solidaria, porque en vez de entregar alternativas y soluciones dignas para la condición de la madre y de su hijo, atenta contra los ciudadanos de su propio país”, sostiene Elizabeth Bunster.

“Creemos que la mujer es una segunda víctima del aborto. Es un error pensar que es un beneficio para ella. No existen mujeres que sean más felices tras un aborto”, asegura. Monseñor Chomali está consciente de que “muchas mujeres recurren al aborto porque se sienten solas. Con acompañamiento espiritual, familiar, sicológico, social y económico, las mujeres optan por la vida”.

Madre de 3 hijos vivos y 5 fallecidos

Sonia Bastías (64, profesora) es casada, tiene 3 hijos vivos y 5 fallecidos. Su primer aborto fue a los 21 años. Quedó esperando mellizos de su pololo que era separado. Cuando se lo comunicó, él no se hizo cargo y decidió volver con su familia. “Tuve miedo. Fui hija natural y no quería que mis hijos pasaran por lo mismo que yo”, recuerda. “Le pedí ayuda a una compañera de liceo que había abortado hace unos años. Fue una experiencia tan traumática que la encapsulé y la guardé”.

Después de una etapa de mucha rabia y desenfreno conoció a su actual marido, de nacionalidad ecuatoriana. Se casó, se mudó a Guayaquil y quedó esperando guagua, pero involuntariamente la perdió. Esto sucedió en una segunda oportunidad hasta que nacieron sus dos primeros hijos tras embarazos complicados y cesáreas complejas.

Cuando quedó embarazada por tercera vez con presión alta, su médico la increpó y le preguntó si se quería morir. Con su marido quedaron choqueados. Una amiga les recomendó una clínica donde abortaban mediante una máquina succionadora. “Sentimos que no teníamos otra opción”, revela. “Cuando salimos del lugar no hablamos del tema, cada uno vivió el duelo por su lado”, confiesa.

“El peso que se carga en la conciencia es enorme y no tiene que ver con creer o no en Dios. Cuando uno toma una mala decisión se culpa. Imagínate si esa decisión atañe a otra persona que vive dentro tuyo. Cuando salí del hospital me preguntaba dónde fue a parar mi hijo y qué hubiese sucedido si lo hubiera tenido”, cuenta.

Tras esta experiencia se dedicó a trabajar para esconder su depresión. Sus hijos fueron criados por su madre y una nana. Llegó a tanto su desvinculación con la familia que decidió separarse. “Cuando estábamos en una audiencia de conciliación, un abogado nos sugirió irnos un fin de semana a la playa para conversar, así lo hicimos y quedé esperando guagua nuevamente”. El médico le detectó presión alta, pero esta vez ella estaba segura de continuar hasta el final. Detalla: “Hice una dieta estricta y guardé reposo. Casi a los 7 meses nació mi hija. Solo le pedí a Dios escuchar su llanto. Cuando lo oí no supe más de mí hasta despertar en la UTI”. Esa tercera hija también fue criada por su madre, mientras ella seguía en una profunda depresión.

En 2010, de vuelta en Chile, le pidieron unos exámenes de rutina para ingresar a un trabajo. Grande fue su sorpresa cuando una radiografía mostró un tumor de 5 centímetros cerca del pulmón. Días antes visitó la Basílica de Lourdes y le pidió a la Virgen que la “sanara del cuerpo y del alma”. Cuando se preparaba para entrar a cirugía sintió el olor al pabellón y recordó por primera vez el aborto de sus mellizos a los 21 años. “En vez de atemorizarme, me llené de esperanza porque supe que Dios me iba a sanar del cuerpo y del alma, como le había pedido”. Tras la operación el doctor le dijo que había tenido suerte, porque su tumor estaba encapsulado. Al escuchar esta palabra, rompió a llorar recordando el aborto de sus mellizos. Dice que ese día comenzó a sanarse.

Hacia el perdón

En 2011 asistió a unas charlas sobre el Proyecto Esperanza realizadas en la Vicaría para la Educación. Cuando describieron el síndrome post aborto se dio cuenta que eso era lo que había sufrido durante tantos años. Inmediatamente pidió ser acompañada por parte de los profesionales del proyecto. El proceso comenzó en 2011 y terminó recién en diciembre de 2014. Durante ese tiempo tuvo que reconocer las secuelas post aborto que había sufrido e identificar los conectores que la llevaron a recordar sus abortos. Después aprendió a canalizar la rabia hacia quienes permitieron el aborto por su hostilidad, por su sugerencia o su silencio.

Acercándose al final del camino llegó a perdonarse a sí misma y a aceptar el perdón de Dios. En la última etapa se restablece el vínculo con los demás reconstruyendo el lazo con el hijo. Como signo de ello, Sonia tejió unos gorritos para sus bebés no nacidos. La noche que los terminó soñó con niños jugando. “Mis hijos permanecen en mi corazón y tengo la certeza que están en los brazos de Cristo”, dice, “a través del Proyecto Esperanza sentí mi resurrección; me sacaron la venda de los ojos y de los pies para caminar. Por eso doy testimonio, es parte de mi reparación”.

Fuente: Periódico Encuentro

Ver mas

Entrevista al doctor Jorge Acosta

img_1678Mañana, a las 11:00, Jorge Acosta llegará hasta el ex Congreso para defender su postura contraria al aborto. Y lo hará en un escenario complejo: un debate organizado por el senador Guido Girardi, uno de los impulsores de la despenalización.

La decisión de asistir es parte de una batería de acciones del think tank Res Publica -del que Acosta es director ejecutivo- para influir en el debate, y que incluye estudios académicos, informes para congresistas y seminarios.

Ex «institutano» y médico de la Universidad Católica, llegó a Res Publica mientras cursaba séptimo año de la carrera. Estaba por comenzar la especialidad de ginecología cuando Julio Isamit, otro ex «institutano» y ex líder «pingüino», lo invitó a asumir el desafío. Dejando de lado la especialidad se incorporó al proyecto como el primer director ejecutivo. «Siempre he sentido una gran vocación por mi carrera, pero sabía también que tenía una vocación por el servicio público y en especial por defender la vida». Hoy, con 28 años, lleva tres en el cargo. Y aunque no hizo la especialidad, se encuentra terminando un magíster en bioética.

Acosta se siente lejos del perfil en el que, asegura, se ha tratado de encasillar a quienes se oponen al aborto. Hijo de un cartero y una dueña de casa, nació y se crió en la comuna de San Ramón, en la población La Bandera. Es el mayor de cinco hermanos, el primer profesional de la familia. «Existe el estigma de que para defender la vida hay que venir del ‘cuiquerío’, pero yo vengo del Chile real», señala.

De hecho, su título de médico lo siente como una meta generacional, fruto del esfuerzo de su familia. Por lo mismo, entiende que para su padre no fue fácil aceptar que él se «desconcentrara» de su carrera para asumir un desafío público, pero Acosta siente que tiene una deuda con la sociedad. «Yo me siento parte de la generación que se benefició con el progreso de Chile. Si Chile no hubiese progresado como lo hizo, yo no hubiese podido estudiar Medicina. Quiero devolverle al país, a través del servicio público y de mi carrera, lo que me dio«.

Es precisamente su experiencia con el Chile real, la que -dice- lo ha llevado a ponerse a la cabeza de una de las instituciones que ha liderado el debate contra el aborto y que, junto a «Chile siempre» y «Siempre por la vida», han combinado el trabajo académico con el activismo. «Fueron mis propios profesores del Instituto-muchos de ellos más cercanos a la izquierda-, los que me inculcaron la defensa de la vida», afirma. Esa mirada se hizo mucho más fuerte en la universidad y más tarde en su experiencia como médico.

Para Acosta, el problema esencial es que hoy se ha instalado un debate «falso» y «frívolo», que no va al fondo del problema. Esto, dice, queda en evidencia en las minutas del Gobierno que revelara «El Mercurio», donde el tema se aborda como un problema de salud pública, instalando argumentos que no consideran lo que realmente implica un aborto: «matar una vida». «Lo primero que hay que hacer es preguntarnos si el aborto es bueno, si queremos terminar con una vida. Si no queremos eso, entonces lo que hay que hacer es evitar el aborto», argumenta.

Es esta mirada, dice, la que ha llevado a Res Publica a buscar argumentos basados en la realidad y el trabajo médico del día a día. Así, se encuentran realizando la campaña «Prevengamos el aborto» que, a partir de informes del Instituto Melisa-centro privado de investigación biomédica-, plantea que el verdadero problema de salud pública es la falta de prevención y que esto no se soluciona con la legalización del aborto, «que, como todos sabemos, daña la salud sexual, reproductiva y mental de la mujer». Además, prepara la difusión de dos documentos para informar a los parlamentarios y a la opinión pública: uno, con las cifras del aborto en Chile-que demostrarían que este ha disminuido- y otro con las propuestas de apoyo a las mujeres vulnerables que piensan en abortar.

«En el lado correcto de la historia»

Acosta admite que hoy oponerse al aborto no es «popular». «El aborto es la salida fácil», dice. Sin embargo asegura estar «en el lado correcto de la historia». «Cuando en Estados Unidos defendían la esclavitud argumentaban lo mismo: si usted no quiere tener esclavos no los tenga, pero no obligue a los demás». A él, le parece «incoherente que el país pionero en la libertad de vientre en Latinoamérica, hoy permita el asesinato en el mismo vientre».

Fuente: El Mercurio

Ver mas

ONG de Derechos Humanos acusa a Sernam y Minsal de ocultar y denegar información pública sobre proyectos de aborto

A_UNO_455279-1El recurso de amparo busca que “se sancione tanto a la Ministra del Servicio Nacional de la Mujer como también a el Ministro de Salud”, por haber negado el acceso a los informes ministeriales y de este modo lograr que “el debate se haga de cara a la ciudadanía”.
La ministra Claudia Pascual (PC) sería la encargada de llevar la agenda de aborto y la titular de la cartera que negó información pública a la ONG “Comunidad y Justicia”

A las 11:00 horas de esta mañana, la ONG de derechos humanos “Comunidad y Justicia” presentó un recurso de amparo ante el Consejo para la Transparencia contra el Servicio Nacional de la Mujer y el Ministerio de Salud por ocultar y denegar la entrega de información pública que ambas instituciones manejan sobre las iniciativas legales que buscan la despenalización del aborto.

Dicha información fue solicitada en junio de 2014 al Servicio Nacional de la Mujer, encabezado por Claudia Pascual (PC) y al Ministerio de Salud, liderado hasta hace un par de semanas por la Dra. Helia Molina (PPD) y hoy por el subrogante, Jaime Burrows (DC).

Luego de varias denegaciones de información por parte de ambos servicios, el Consejo para la Transparencia confirmó que no existía acta, minuta, memo, informe o cualquier otro documento sobre lo solicitado (7 noviembre 2014, rol C-1279-14). No obstante, y como es de público conocimiento, el Gobierno de Chile ha manifestado su posición de legislar y enviar un proyecto de ley sobre el aborto y que han estado trabajando en ello durante este último tiempo.

La ONG realizó una nueva solicitud de acceso a la información pública a ambos organismos pidiendo “todos los antecedentes, documentos, actas, minutas o cualquier otro instrumento que tenga este Servicio, desde el 11 de marzo a la presente fecha, en relación al tema del aborto”, cualquiera sea su formato, soporte, origen, clasificación o procesamiento.Información que fue denegada a pesar de que el 11 de enero se hicieran públicas seis minutas elaboradas por ambos servicios y de que el principio general de la ley de transparencia es la publicidad.

Sernam se niega a dar información y el Minsal no responde

Con fecha 2 de enero, la subdirectora del Servicio Nacional de la Mujer, Gloria Maira Vargas, denegó el acceso a la información solicitada, debido a que a la fecha, “no existen actos administrativos o resoluciones vinculados al tema del aborto”. Vargas explica que “la materia está aún en fase de discusión y análisis y no se han adoptado resoluciones”.

Respecto de toda otra información, asegura que “el área de Reformas Legales del Sernam, ha estado recopilando antecedentes para el mejor análisis de la materia”, sin embargo, la funcionaria asegura que estos antecedentes estarían comprendidos dentro del supuesto de reserva legal contemplado en el artículo 21 N.1 letra b) de la de Acceso a la información pública, que les permitiría excusarse de etregar la información, por tratarse de “antecedentes o deliberaciones previas a la adopción de una resolución, medida o política, sin perjuicio que los fundamentos de aquellas sean públicos una vez que sean adoptadas”.

Desde Comunidad y Justicia aseguran que en el Sernam omitieron la primera parte de la norma, en su opinión “lo más importante”: “las únicas causales de secreto o reserva en cuya virtud se podrá denegar total o parcialmente el acceso a la información son cuando su publicidad, comunicación o conocimiento afecte el debido cumplimiento de las funciones del órgano requerido, particularmente: tratándose de antecedentes o deliberaciones previas a la adopción de una resolución, medida o política, sin perjuicio que los fundamentos de aquellas sean públicos una vez que sean adoptadas”.

Desde la ONG de derechos Humanos descartan que entregar antecedentes afecte el debido cumplimiento de las funciones del Sernam. “La respuesta dada por este organismo más bien carece de razonabilidad y fundamento dado que no señaló en que forma concreta cómo la entrega de la información solicitada los afectaría en el debido cumplimiento de sus funciones”, aseguran. “Prueba de ello es que la publicación de sus minutas en el diario El Mercurio no ha afectado el debido funcionamiento de las funciones del Sernam” y por el contrario, ”es de público interés saber cuál es la postura y argumentos del Estado de Chile para legislar frente a el tema del aborto”.

Por su parte el Ministerio de Salud -cuya titularidad se mantiene vacante desde la salida de Molina por sus dichos sobre aborto clandestino-, no dio ningún tipo de respuesta en el plazo legal establecido para tales efectos.

Con todo, Comunidad y Justicia asegura que “la ocultación y denegación de información a esta institución resulta ser un hecho evidente y a su vez es inconstitucional e ilegal”, razón por la cuál el recurso de amparo busca que “se sancione tanto a la Ministra del Servicio Nacional de la Mujer como también a el Ministro de Salud”, por haber negado el acceso a los informes ministeriales y de este modo lograr que “el debate se haga de cara a la ciudadanía”.

 

Fuente: Chile B

 

Ver mas

Verónica Hoffmann, Directora de Chile Unido: “Se revierte en un 93% la decisión de las mujeres que quieren abortar”

DSCN0458Fundación Chile Unido nace hace 14 años, con la iniciativa de un grupo de personas que, en un momento que calza con el auge económico que estaba teniendo el país, toman la decisión de ser referentes y líderes de opinión en una línea de pensamiento que apuntara a destacar la importancia del respeto y defensa de la vida, y el fortalecimiento de la familia como núcleo fundamental de la sociedad. Para esto nace el programa “Acoge una vida” y el programa “Comunícate”. Para ahondar en su labor, hablamos con la directora de la institución, Verónica Hoffman.

¿Cómo es el proceso de Acoge una Vida?
A una mamá, con un embarazo que no tenía planificado, se le vuelve muy angustioso el escenario, entonces nosotros salimos a su camino. Vivimos el proceso con ella, y la acompañamos hasta que el hijo tenga un año de vida. Cuando tú trabajas con esa mujer, y le bajas el nivel de angustia, empieza a identificar que nunca hubiese querido tener el pensamiento de abortar, sino que lo que pasa es que tiene miedo de contarle a sus padres, o la echaron de la casa, o la pareja la está presionando a que aborte. Tenemos red con consultorios, hogares de acogida, instituciones de adopción, –porque muchas veces asumen el rol de gestación, pero no el de maternidad–, pastoral familiar, médico, ecógrafo, siquiatra, sicólogo, asesoría legal, Sernam, Sename.

¿Qué porcentaje de mujeres llegan con la idea de dar en adopción, y cuántas con pensamiento de aborto?
Hay como un 7% de mamás que declaran querer entregar a su hijo en adopción. Pero a medida que van pasando las distintas etapas del embarazo, hasta que finalmente nace la guagua, va bajando. Sólo por tener a su hijo en brazos, ese 7% desciende a un 2% de entrega efectiva de la guagua en adopción.
Únicamente por ese acompañamiento, ya han nacido más de 3640 niños. Ese número todos los días va aumentado, todos los días nacen guaguas. Se logra revertir la decisión en un 93% de las mujeres que recurren a nosotros y declara que quiere abortar. Cuando llamas a un teléfono que te ofrece ayuda, es porque tu embarazo se volvió no deseado, no planificado, llegó en forma imprevista, hay algo que te molesta. Son muchas las que declaran que quieren abortar. Y hay otras que no quieren abortar, sino que le contaron a los papás y los echaron de la casa, y no saben qué hacer. Otras no tienen los medios para ir a hacerse una ecografía, también las apoyamos en eso.
Según explica Hoffmann, el año pasado recurrieron a la Fundación 350 mamás, entre 16 y 24 años prioritariamente, pero hubo casos desde 12 a 42 años. Un 70% de las madres era soltera. Un 27% vivía con su padre y/o madre. Sólo un 52% alcanza nivel de educación media. Un 45% usaba método anticonceptivo, pero, según explica, “el problema es que muchas veces se olvidan, no lo toman, no son rigurosas”. En el 49% el padre es el pololo.

¿Cuál es el perfil de los voluntarios con que trabajan?
Es alguien que te acoja, que te contenga, que empatice, que entienda el sufrimiento que estás viviendo. De alguna manera es cualquier mujer que sea madre —biológica o no—,pero que defienda y respete la vida, que le dé valor a este vínculo. Nosotros hablamos mucho del vínculo madre-hijo, porque sabemos que cuando una joven, una mujer aborta, parte de ella también se muere, y lo decimos con tanta exactitud, porque hemos tenido testimonios aquí de madres que han venido acompañando a sus hijas, y dicen “por favor acompáñenla, porque no quiero que pase por lo que yo he pasado durante veinte años”.

¿Se genera una relación entre voluntaria y la persona a la que asiste? ¿Cómo es el proceso?
Principalmente este acompañamiento es a través del teléfono, y en forma bien sistemática. Muchas veces, si están en riesgo de aborto, a esa persona se le acompaña en la mañana, en la tarde, se le manda un mensajito. Se crea una relación muy directa.

¿Qué incluye ese acompañamiento?
Hay veces en que las acompañamos presencialmente. Muchas veces vienen a la fundación a buscar un ajuar. Tenemos la ayuda de un colegio, que ha hecho campaña de ajuar, para entregarles a estas mamás, de modo que puedan ir al hospital a recibir a su guagua con un ajuar más digno. ¿Por qué pensar que tiene que ser todo usado? Este colegio, como apostolado, se acercó a la Fundación, y ya llevan tres años entregándonos un ajuar bien bonito, bien formado, con un coche.

En ocasiones, con alto riesgo de aborto, aparte de acompañarlas por teléfono, se les sugiere conseguir que esa mamá pueda ir a un ecógrafo, porque eso es clave. Cuando están en pleno riesgo de aborto, y se les ha llevado a una ecografía, en estos catorce años, el 100% desiste de la decisión de abortar. Es clave oír los latidos de tu hijo. Y esto es porque en muchos casos hay desconocimiento de qué es lo que realmente está en sus vientres. Muchas de ellas dicen “no, si es un coágulo de sangre, es un conjunto de células”.

¿Cómo funciona el tema de Comunícate?
Este programa existe desde 2002. Es una orientación sicológica a través del teléfono. ¿Qué intentamos con esto? Nuestro segundo eje, que es fortalecer la familia como núcleo fundamental de la sociedad. Primero es muy valioso porque son sicólogos egresados de distintas universidades del país, que se comprometen a entregar horas hombre durante tres meses. Entonces, a través de un número gratuito, que es el 800 226 226, te atienden sicólogos egresados, y te realizan una orientación sicológica a través del teléfono, por cualquier problemática humana que pueda estar pasando esa persona, o a nivel familiar. Sabemos que se resuelve en un 57% los problemas. Y en caso que sea un problema que no se puede resolver por teléfono, nosotros también contamos con una red de apoyo a la cual la derivamos.

¿De qué manera dirías que la Fundación se ha ido adaptando a los cambios que experimenta la sociedad en cuanto a la forma de hacer familia?
Hace once años comienza un aumento progresivo de la mujer en el ámbito laboral, y los directores, pensando que uno de los ejes principales es el fortalecimiento de la familia, deciden hacerse cargo del impacto directo que tiene esto en las familias chilenas. La pregunta es cómo acompañar a esta mujer para que pueda equilibrar, armonizar, integrar mejor trabajo y familia. Es ahí donde empiezan a revisarse ciertos estudios, y finalmente se crea el propio estudio de la Fundación, y le propone esto a la revista Ya de El Mercurio para hacerlo en conjunto. Este estudio busca hacer un diagnóstico de si la empresa está o no facilitando la integración familia-trabajo para la mujer. El año pasado se inscribieron 129 empresas, de diferentes sectores.

Si tuvieras que elegir cuál de estos tres programas es el más fuerte de la Fundación, ¿cuál dirías que es?
Valoramos que cada uno de los programa, los distintos ciclos de vida que la persona puede pasar, vamos dando apoyo, y vamos tendiendo una mano. En ese sentido, y como común denominador de la fundación, los temas son “Vida, mujer, familia, trabajo-familia”.

¿Cómo se financian?
Tenemos cinco canales de financiamiento. En primer lugar, hace muchos años que existe una empresa que administra socios mayoristas. Son muchos socios, entonces ellos hacen la recaudación mensual de esos socios, pero el volumen de la cuota mensual es más bien chico. Por otro lado, nosotros una vez al año hacemos una comida en Casa Piedra, para mil personas, que se llama Noche por la Vida, que es una manera de dar testimonio de que en esa noche estamos reunidos mil personas que respetamos, defendemos y protegemos la vida del que está por nacer. Tercero, están todas las subvenciones, sean municipales o presidenciales. Lo cuarto son empresas y organizaciones que se comprometen con un monto anual para la Fundación. Y por último a través de nuestro conocimiento de estudio de las mejores empresas, hemos conformado charlas, talleres que estamos entregando a las empresas.

Por:
Mariana Galaz (@GalazMari)

 

Ver mas