REFLEXIÓN DE MONS MOISES ATISHA, OBISPO DE ARICA EN LA MARCHA POR LA VIDA DEL SÁBADO 9 DE SEPTIEMBRE

“Hoy tomo por testigos contra ustedes al cielo y a la tierra: yo he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge la vida, y vivirás, tú y tus descendientes” Dt 30,19
Arica, 9 de julio de 2016
1. Reverendo Fidel Arenas, obispo presidente FRAPA y secretario Nacional de CUPECH, comunidades evangélicas y católicas, sacerdotes y pastores, hermanos y hermanas de buena voluntad.
2. Como cristianos, evangélicos y católicos, tenemos un compromiso con la vida, de toda persona, desde su concepción hasta que llega a su término natural. La solución fácil, que nos lleva por el camino de valorar lo subjetivo del interés de unos sobre el bien del valor objetivo de la vida, no es solución, esto sólo nos encamina hacia una deshumanización de nuestras relaciones y vínculos.
3. Esto que estamos viviendo, produce un dolor al alma de Chile, que se ha levantado tantas veces ante situaciones de injusticia, que se ha comprometido, en compañía de sus pastores y fieles, en defender la vida, sin preguntar por las ideas políticas o las ideologías del quien se estaba viendo afecta en su integridad. Asumir legislaciones que no se comprometen con la vida, comienzan a marcar una huella y una herida, que requerirá de parte de todos los ciudadanos, creyentes, persona de buena voluntad y de recta intención, de penitencia para curar esta herida, hecha por no cuidar de la vida en toda su extensión. Necesitaremos que la fe y la razón nos iluminen más para curar este dolor.

4. Tenemos como creyentes y ciudadanos la tarea de ser responsables con las obligaciones cívicas, para hacer de Chile una nación cada día más justa, solidaria y fraterna. Que la modernidad y el estar en concordancia con el desarrollo, sea crear las condiciones de seguridad y bienestar, de resguardo de la familia como escuela de humanidad y respeto.
5. Hoy hemos caminado bajo el lema “Escoge la vida, y vivirás, tú y tus descendientes” Dt 30,19, que la sensatez de la recta conciencia no dudaría en nadie dejar pasar. Escoger la vida, no es un mandato religioso o algo que pertenezca a una religión, escoger la vida es un acto humano. Pero escoger la vida, cuando la reconocemos como un don y nos hemos encontrado con quien es la Vida, se convierte en fuente inagotable de vitalidad para hacer lo con más convicción, reconociendo en cada persona las huellas del creador, huellas que están desde el primer instante de esa nueva existencia, donde ya no es algo de la mujer o del varón que la han engendrado.
6. Un signo que la vida va más allá de las formas religiosas particulares, es la marcha que hoy estamos concluyendo. Cristianos evangélicos y católicos, convencidos que no somos dueños de la vida, caminamos porque nos anima la profunda convicción que no hay tarea más hermosa y noble que cuidar de la vida, de toda vida, que no nos corresponde a nosotros juzgar quien tiene el derecho de vivir, sino de ofrecer las posibilidades para que todos vivan con verdadera dignidad.
7. La violencia vivida por una mujer cuando ha sido violada, no se cura ni olvida con la violencia sobre la criatura que pudiese haber sido engendrada, lejos de hablar de nuestros logros sociales nos muestra como incapaces de ofrecer alternativas humanas y dignas, para madre e hijo.
8. Negar la debilidad de la enfermedad y de lo precario que puede ser la salud en algún momento de nuestra existencia, habla de la autoconciencia de superioridad que no acepta que somos criaturas y no creadores, y la lucha desenfrenada por la cultura del bienestar, nos hace egoístas, pensando sólo en lo que a mí me conviene.
9. Olvidar que nadie ha decidido vivir, que no hemos fijado personalmente el inicio de nuestra existencia, sino que todos estamos aquí reunidos por gratuidad de otros, tiene que hacernos mirar al que está por nacer como una gracia, que acogemos para que viva él y en él la humanidad se rejuvenezca.
10. Hoy nos corresponde a nosotros ofrecer caminos para reconocer el valor de la vida, cuidarla y ayudarla a crecer y desarrollarse. Como en el pasado sin distinción cuidamos la vida, hoy también sin distinción queremos cuidar la vida, no como iglesias, sino como ciudadanos rectos, que tenemos como testigos del presente y futuro, al cielo y la tierra, para que de eso modo el desarrollo y el crecimiento de los hijos de Chile sea en dignidad e igualdad.

+Mons. Moisés C. Atisha Contreras
Obispo de San Marcos de Arica

 

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Más de mil personas marchan en Puerto Montt contra proyecto de despenalización del aborto

Más de mil personas marcharon en Puerto Montt en contra del proyecto de despenalización del aborto que impulsa el Gobierno.

Cerca del mediodía de este sábado, familias de la ciudad y comunas cercanas recorrieron las principales arterias de la capital regional para luego, en un acto central en la Plaza de Armas, manifestar su oposición a la iniciativa que despenaliza el aborto en sus tres causales.

Los manifestantes se concentraron en la Plaza de Armas de Puerto Montt, donde el arzobispo Cristian Caro llamó a las familias de la región a defender la vida y los senadores a legislar en conciencia.

Tras ser despachado por la Cámara de Diputados, ahora los parlamentarios deberán debatir y votar sobre las tres causales en las que se pide despenalizar el aborto: inviabilidad del feto, cuando peligra la vida de la madre y en caso de violación.

Original: Bio Bio 

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Presentación de la Conferencia Episcopal de Chile ante la comisión de Salud del Senado sobre el proyecto de despenalización del aborto

21 de Junio de 2016

Señora

Senadora Carolina Goic B.

Presidenta de la Comisión de Salud del Senado

Señores Senadores miembros de la misma y Ministros de Estado

Saludos a todos con particular respeto

1.            En nombre del Presidente de la Conferencia Episcopal, Cardenal Ricardo Ezzati agradezco la invitación que esta comisión hace a la Iglesia Católica para exponer su pensamiento ante esta honorable Comisión.

2.            Quisiera en primer lugar señalar que la Iglesia está hoy aquí porque considera que su enseñanza y su acción – juntos a las demás confesiones religiosas – son elemento esencial de nuestra nacionalidad e idiosincrasia.

Señalo desde ya, que no venimos sólo a dar una visión religiosa sobre un tema de la mayor gravedad e importancia co-mo es la vida humana del ya concebido y no nacido.

Evidentemente tenemos esa visión, que emerge de la re-velación de Dios al hombre y de las enseñanzas de Jesucristo, que la Iglesia trasmite y enseña.

Los pastores de la Iglesia, acogiendo los aportes de las distintas ciencias, tenemos el derecho a emitir opiniones y enseñanzas sobre todo aquello que afecte a la vida de las personas, ya que la tarea evangelizadora implica y exige la promoción de un humanismo integral. Como señala el Papa Francisco: «Ya no se puede decir que la religión debe recluirse en el ámbito privado y que está sólo para preparar las almas para el cielo». (cf EG 182) “Nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social y nacional, sin preocuparnos por la salud de las instituciones de la sociedad civil, sin opinar sobre los acontecimientos que afectan a los ciudadanos» (ibid)

“Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con pre-dilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo.” (EG 213) porque la “defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano. Supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades. Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los pode-rosos de turno. La sola razón es suficiente para reconocer el valor inviolable de cualquier vida humana».

Escribió San Alberto Hurtado: «La Iglesia no ha cesado de hacer oír su voz a través de los siglos sobre todos los problemas que tocan la moral, tanto individual como social.

Algunos han pretendido negar este derecho de la Iglesia en el terreno de lo social y confinar su acción únicamente a lo que toca directamente al altar. Toda la historia de la Iglesia constituye un franco repudio de este cercenamiento»(Moral Social, pág 24)

Lea  Texto Completo

*Presentación realizada por Mon. Juan Ignacio González

 

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9 de julio: Manifestación pública en defensa de la vida en Puerto Montt 🗓

 

WhatsApp-Image-20160614 (1)Bajo el lema: “Misericordia con el niño por nacer y compañía a la madre embarazada”

Una amplia convocatoria para manifestarse públicamente en favor de la vida, hizo monseñor Cristián Caro, Arzobispo de Puerto Montt, señalando que la iniciativa se propone ante el proyecto de despenalización del aborto en tres causales, que se debate en la instancia final del Senado.

La manifestación consistirá en una marcha y acto festivo por la vida, que tendrá lugar el sábado 9 de julio, al inicio de la novena a la Virgen del Carmen, patrona de la Arquidiócesis.

La convocatoria es a las 10:30 horas del sábado 9 de julio, en la plazoleta a un costado del Museo San Juan Pablo II de Puerto Montt, para iniciar la marcha a las 11 de la mañana por la costanera Diego Portales hasta Guillermo Gallardo y de allí por Antonio Varas hasta la Plaza de Armas, donde a las 12 horas se realizará un acto festivo con testimonios.

 

Fuente: Obispado de Puerto Montt

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