Archivos del Autor: Eric Gonzalez

 Virgen del Carmen Misionera en San Bernardo

11918955_10207571130096457_7139923659869016683_nEntre el 16 y el 29 de agosto, la Reina y Madre de Chile fue acogida por miles de fieles en la zona sur de la Región Metropolitana. “Imploramos que de su mano, de su corazón, podamos defender la vida en nuestra patria”, dijeron los feligreses.

En su peregrinar por Chile, la Virgen del Carmen Misionera realizó su primera estación en la Región Metropolitana, para llamar a la oración por la familia y la vida. Visitó el Obispado de San Bernardo entre el 16 y el 29 de agosto, donde fue acogida por miles de fieles en parroquias, hospitales y establecimientos de educación de San Bernardo, Buin, El Bosque y La Pintana.

“La visita de la Virgen Peregrina en la sede de Duoc UC logró despertar y en muchos renovar el amor a María Virgen, reconociendo en ella a la madre de Jesús y madre nuestra. La sede se vistió de gala para recibir entre vítores, aplausos y cantos a María Santísima, quien salió en su peregrinar para interceder por los inocentes que no pueden luchar solos por su propia vida”, dijo Karina Pérez, Coordinadora de Pastoral Duoc UC sede San Bernardo, después de la visita que hizo a esta casa de estudios el jueves 20 de agosto.

“Fue una bendición, un regalo muy grande y a la vez un compromiso de nosotros como laicos, como familias para seguir luchando por la vida, por la fe aquí en nuestra Diócesis, para el bien de la patria y del mundo”, añadió la feligresa Margarita Popelka.

El impacto de la presencia de la imagen de la Virgen del Carmen trascendió a todos. María Angélica Núñez,  del Instituto secular Servitium Christi, señaló que “la visita de la Virgen fue algo muy grandioso, muy importante sobre todo en este año que se celebra el Año de la vida Consagrada. María fue una mujer consagrada, laica consagrada, como nosotras. La diócesis la ha recibido con mucho amor”. 

Asimismo, el seminarista Rubén Valderrama valoró le llegada de la Virgen como una forma de estar cerca de Jesús y luchar por la vida. “Es mirar a María, mirar a Jesús y en sus ojos saber que estamos ahí a sus pies para poder defender la vida, regalo de Dios. Así como María con su Sí, trajo a la vida, al mundo a nuestro Señor Jesucristo, así también nosotros imploramos que de su mano, de su corazón, podamos defender la vida en nuestra patria”. 

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Adoración Eucarística por la Vida en la Catedral de Santiago 🗓

9507616093_113c015915_bEste viernes 4 de septiembre, se inicia la campaña de Adoración Eucarística por la Vida en el Sagrario Catedral, en Santiago.  Las próximas fechas serán  11 y 18 de 13:30 a 18:30 Hrs.

Ofrezcamos una hora de Adoración por la Vida con sacrificio y Amor para evitar la ley de aborto en Chile. 

¡Les invitamos a replicarlo en regiones!

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ACOMPAÑAMIENTO Y LIBERTAD, Carta al director portal el democrata.cl

Septiembre 2, 2015

Sr. Director:

Tenemos un problema… algo anda mal… son palabras que remueven hasta el tuétano a una mujer —llamémosle Ana— en el segundo control ecográfico. Las palabras del doctor bonachón que le da este diagnóstico se sienten lejanas, como bajo el agua. No puede ser verdad… ¿Qué habré hecho mal? Después de llorar durante todo el camino a casa, conversa con su familia y deciden llamar a un experto para una segunda opinión. Segundo trámite, segunda espera, segunda ecografía… y la inexorable mirada del experto diciendo que no hay nada que la medicina pueda hacer. Tristeza. Rabia. Vómitos. Nuevamente llanto… ¿Por qué me pasa esto a mi? pregunta que la hace sentir culpable y es rápidamente reemplazada… ¿Por qué a mi hijo? Y comienza a formarse la idea de abortar…¿Por qué continuar con este dolor? ¿Cuál es el sentido de prolongar este sufrimiento? Ya vendrán más hijos… Pero ¿Podré volver a ser madre? ¿Seré capaz de querer volver a ser madre?

Búsqueda en Google… De qué se trata la enfermedad (¡No entiendo nada!)… Cuáles son las expectativas de vida (¡Algunos sobreviven al parto! Pero la mayoría no)… Cómo se hace un aborto a las 16 semanas de gestación (¡Qué horror! ¿Y cuán seguro es esto?)… Miles de páginas web con información de libertad y derechos de la mujer, y otras tantas con frases como “No al aborto” “Un aborto te hace madre de un hijo muerto” (¡¡¡Pero si se va a morir igual!!!) Y se acumulan las preguntas como una precaria torre de platos y tazas que está apunto de caerse al suelo y romperse en mil pedazos, junto con la misma Ana… Llora una vez más… no porque haya encontrado una respuesta, sino porque no ha encontrado ninguna… Ana es la madre de un bebé “en veremos”… Le cuesta dormir, le cuesta comer, le cuesta respirar… No por la tristeza, no por el dolor, sino por la soledad de la incertidumbre… Y el miedo a la soledad, que es aún más terrible.

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Esta historia ilustra el profundo abandono que comparten cientos de mujeres chilenas al año embarazadas con diagnóstico de la mal llamada “inviabilidad”. Hoy, el gobierno le ofrece a Ana, a través de un proyecto de ley, el supuesto derecho a elegir interrumpir su embarazo… Y Ana sabe que eso realmente significa que le dan la opción de que alguien mate a su hijo, por decisión de ella, antes que muera naturalmente… Ana sabe perfectamente, que a través de un aborto, el gobierno le dice que no hay nada más que hacer.

“Hoy, el gobierno le ofrece a Ana, a través de un proyecto de ley, el supuesto derecho a elegir interrumpir su embarazo… Y Ana sabe que eso realmente significa que le dan la opción de que alguien mate a su hijo, por decisión de ella, antes que muera naturalmente…”

Por cierto, el hijo de Ana probablemente muera antes de nacer, o muy poco tiempo después del parto. Pero eso no significa que no haya nada más que hacer. Hay tanto que hacer por mujeres como Ana. Es ahí donde CUALQUIER proyecto de aborto falla. Porque Ana no anda buscando abortar. Todos, detractores del aborto o no, coincidimos que se trata de un mal social, porque terminar con la vida de cualquier ser humano es un mal. Quienes apoyan el proyecto de ley de aborto avalan que, además de su despenalización por causales, éste se transforme en un derecho garantizado, bajo la premisa que un acto malo se transforma en bueno bajo ciertas excepciones, a tal punto que es algo que el Estado debe hacer o aplicar. Pero Ana no anda buscando una respuesta de muerte, sino una de vida. Se siente sola. Tiene miedo. Y lo mejor que el gobierno de cualquier país puede hacer, es darle a Ana la compañía que necesita para encontrar esas respuestas, en vez de decirle que no hay nada más que hacer. Lo que Ana quiere es no sentirse sola en esos momentos. Lo que tantas mujeres como ella quieren es una persona al lado que sepa por lo que están pasando, un hombro donde llorar, unos brazos que les abracen y les digan: “No te preocupes… no importa cuán terrible sea para ti el dolor de saber que tu hijo está tan enfermo, no estás sola”. Por eso el acompañamiento es tan eficaz. No porque disuada, sino porque acompaña.

Entonces ¿Cómo le vamos a responder a Ana? ¿Diciéndole que no hay nada más que hacer y que mejor decida ella que le den muerte a su hijo? ¿O entregarle compañía y apoyo integral para que se sienta digna y segura en su maternidad, a pesar de su inconmensurable dolor? Hay que decidir cuál rumbo tomar, porque se trata de una encrucijada y no de caminos paralelos.

Por Patricia Andrighetti

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Acompañar a la madre, Columna de Soledad Alvear en La Tercera

Soledad-Alvear_avatar-200x200Para algunas mujeres el embarazo puede suponer enfrentarse a un drama, sea porque el hijo es diagnosticado con alteraciones congénitas de mal pronóstico vital, o porque es un embarazo producido por una violación. La forma en cómo respondamos a este drama como Estado refleja nuestros valores más profundos y nuestra concepción de sociedad.

Desde una perspectiva de derecha, el principio mayor es la maximización de la felicidad individual, para lo cual cada uno tiene derecho a hacer lo que se quiera con tal de que se respeten los derechos de otros a hacer lo mismo. Para la teoría libertaria de los derechos se descarta toda ley que requiera que unas personas ayuden a otras como imponer impuestos para la redistribución de la riqueza. Esta mirada liberal llevada al drama de los embarazos mencionados al inicio conduce a la solución fácil, machista y conservadora del aborto que preserva las situaciones de abuso de la mujer, se le da la espalda a la mujer y responsabiliza a ésta de “resolver su problema”.

Sin embargo, citando al reconocido escritor inglés John Donne, “ningún hombre es una isla… la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque yo formo parte de la humanidad; por tanto, nunca mandes a nadie a preguntar por quién doblan las campanas; doblan por ti”.

En la tradición social cristiana, además de la preocupación permanente por los más vulnerables -en este caso la madre y el hijo-, también siempre hemos reivindicado los lazos que nos unen como comunidad, y que por tanto nos hace corresponsables y solidarios con el dolor del otro. Personas, comunidad y bien común son de la esencia del acervo humanista cristiano que se interrelacionan de un modo total, por lo que se nos reconoce como personalistas y comunitarios. ¡No podemos dejar solas a las mujeres que enfrentan estas situaciones dramáticas! Creo que siempre habrá una salida para acoger el dolor sin aumentarlo más y acompañar desde el respeto a la dignidad de la vida humana.

Por ello, junto a un grupo de académicos, ex ministros de Salud y especialistas médicos hemos preparado un proyecto de ley sobre acompañamiento a madres con embarazos en estas situaciones complejas, que desde el reconocimiento del Estado de su obligación de garantizar la integridad física y psíquica de la madre, su familia y su hijo no nacido, propone un programa de atención sanitaria integral y de acompañamiento a madres, padres y otros familiares del círculo cercano.

Una institucionalidad que autorice el aborto como medio de solución al problema planteado, implica una declaración de derrota de la búsqueda de sistemas de soluciones que hagan más llevadero estos casos para la mujer, en tanto implica una privatización del problema a cargo de la propia mujer. La principal finalidad es acompañar a la madre y a su pareja y/o familia a vivir del modo más humano y solidario posible un embarazo de estas características. En palabras del Papa Francisco, el ideal humanista cristiano “nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus reclamos”.

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