Archivos del Autor: Eric Gonzalez

La paradoja del aborto en Chile: Aún cuando se prohíbe por ley, el aborto provocado disminuye su incidencia

melisa-institute3La prohibición legal del acceso al aborto tiene una connotación negativa, puesto que la idea de mujeres recurriendo al aborto provocado en la clandestinidad -arriesgando sus propias vidas- está fuertemente arraigada en la opinión pública mundial. Sin embargo, una serie de publicaciones revisadas por pares independientes, desafían esta noción en algunos países. Los últimos datos publicados, dados a conocer por el epidemiólogo Elard Koch, director del Instituto MELISA en el editorial de la Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología de este mes, muestran que no sólo la mortalidad por aborto provocado continuó disminuyendo en Chile luego de su prohibición legal en 1989, sino que además, las hospitalizaciones por esta causa habrían disminuido significativamente en la última década.

En el editorial, el epidemiólogo discute evidencia inédita del Instituto MELISA, confirmando que Chile presenta una disminución sostenida de los egresos hospitalarios por abortos con alta sospecha de ser provocados -representados por algunos códigos de clasificación de la Organización Mundial de la Salud- a razón de 2% por año desde 2001. Dicha disminución no se presenta en las hospitalizaciones por otro tipo de aborto, como las pérdidas espontáneas o los embarazos ectópicos entre otros, los cuales han permanecido constantes durante el mismo periodo. La buena calidad de las estadísticas vitales chilenas en general, hace improbable que sea un artefacto del sistema de registro. En consecuencia, una reducción de hospitalizaciones por aborto provocado en la clandestinidad, parece explicar prácticamente la totalidad de la disminución de los egresos por cualquier tipo de aborto en Chile durante la última década.

La experiencia chilena representa una paradoja en la actualidad: aún existiendo leyes de aborto no permisivas, los indicadores de salud materna pueden mejorar significativamente debido a otros factores, incluyendo una disminución de la mortalidad y morbilidad por abortos provocados en la clandestinidad.

Además de resumir la evidencia previamente publicada por el Instituto MELISA, demostrando que Chile es un parangón de salud materna en el continente americano, el editorial presenta resultados inéditos de un estudio en curso acerca de los perfiles de vulnerabilidad de 3.134 mujeres chilenas con embarazo no planificado en riesgo de un aborto. La investigación, muestra que mujeres con un alto riesgo de aborto provocado, parecen tener un perfil de vulnerabilidad fuertemente marcado por coerción y miedo, representando en conjunto casi 70% de las razones para declarar la intención de poner fin al embarazo. Aún más, los resultados sugieren que programas de apoyo dirigidos a mujeres vulnerables, logran prevenir o evitar la mayoría de las veces un aborto en la clandestinidad, logrando un desenlace de nacido vivo (con y sin adopción) que alcanza 69% a 94% dependiendo del grupo de riesgo.

En Chile, se estima ocurren alrededor de 13.000 a 18.000 abortos provocados en la clandestinidad cada año, con un riesgo de muerte de 1 en 4 millones de mujeres en edad fértil y ocasionando cerca de 16% de todas las hospitalizaciones por aborto. Se piensa que la mayor parte ocurre a través del uso auto-administrado de misoprostol. A pesar de ello, varios autores coinciden que el progreso chileno parce explicarse por el éxito de las políticas de salud materna, acceso universal a métodos modernos de planificación familiar, aumento del nivel educativo femenino y más recientemente, por la emergencia de programas de apoyo por la sociedad civil para embarazos no planificados en riesgo de un aborto.

Disponible aquí Koch E (2014) Epidemiología del aborto y su prevención en Chile. Rev Chil Obstet Ginecol 7(5):351-360.

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Cristo siempre estuvo con los marginados

En el debate del aborto se habla mucho de no usar argumentos religiosos para defender la vida. En ese sentido, estoy de acuerdo en que la fe no se puede imponer. Pero esta carta no va dirigida a quienes no creen en Cristo, sino a todos los que nos declaramos cristianos. Seamos católicos, de otras iglesias cristianas, o incluso quienes no se quieren encasillar pero que dicen creer en Cristo y seguir sus enseñanzas. También a los políticos que se declaran cristianos.

Cristo siempre estuvo con los que eran considerados marginados e indeseados. Llegó hasta a entregar su vida para salvar cada una de las vidas en la tierra. No sólo los considerados justos, sino también a los considerados los más indeseados de todos. Los enfermos, pecadores, y hasta los criminales. Si Cristo estuviera en la Tierra hoy día, no dudaría un segundo en volver a entregar su propia vida para salvar del aborto a un niño no nacido.

Que ese niño venga gravemente enfermo o sea producto de una violación, a Él no le hace ninguna diferencia. ¿Por qué a alguien que se dice cristiano sí?

Ser cristiano no es un título, es acción.

Constanza Saavedra Caviedes.

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Abortar no borra en absoluto el trauma de la violación

Legalizar el aborto apelando a las circunstancias de una violación no es novedoso y muchas legislaciones consideraban este aborto antes que existiera conceptos tales como derechos sexuales y reproductivos.

Una violación es una situación tan abusiva, injusta, brutal y que vulnera dramáticamente la intimidad de la mujer y por extensión la sociedad toda. Por ello cuando resulta un embarazo la pregunta es ¿puede haber un hijo menos deseado que el nacido de una violación?

Entonces, qué hacer para reaccionar, como personas y sociedad, con justicia para todas las partes involucradas. Castigar debidamente al victimario, acudir en auxilio de la víctima y cuando se produce un embarazo ocuparnos de aquel hijo que no ha pedido nacer, pero cuya vida ya está entre nuestras manos.

¿Podemos además hacer pasar a dicha mujer embarazada nuevamente por otro trauma como es el aborto?

¿La contención psicológica y social que requiere una víctima de violación se cumple cuando el Estado le ofrece un aborto?

¿Se garantiza el castigo al violador con la muerte del hijo por nacer?

¿Podemos asegurar que lo mejor para ese hijo por nacer es negarle su oportunidad de vivir?

Abortar al bebé producto de una violación no borra en absoluto el trauma de la violación.

Abortar ese ser humano, parece más bien una revancha contra alguien que es inocente de los crímenes de su padre. Pero, que para su infortunio, es indefenso y está a nuestro alcance.

También nos dice que nuestro origen condiciona nuestro futuro. Que una sociedad acepte eso es consagrar la discriminación desde la cuna.

Obliga a la madre a enfrentar el hecho de terminar con la vida de su propio hijo, en una decisión que no tiene vuelta atrás.

Un embarazo vulnerable y no deseado como ese nos desafía como sociedad y personas a empeñarnos al máximo para acoger cuidadosa y ampliamente a esas víctimas. Pero también empeñarnos en la educación y especialmente en la prevención de estos abusos y la represión a los abusadores.

He ahí el camino, no es fácil, no es rápido, no es barato, pero es mejor que un aborto y vale la pena.

 

Mario Bravo.

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