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Una virtud, por admirable que sea, se queda trunca si no permanece hasta el fin, con una pureza y lozanía acrisoladas en la dura prueba del tiempo y la adversidad. Por eso la fidelidad es la corona real de toda virtud; el peso y medida moral de un ser humano.
Fidelidad al programa de gobierno es hoy el grito prevalente una vez presentado el proyecto de ley de aborto. Pero ese proyecto contiene y exige múltiples traiciones. Traición a la Constitución, que garantiza el derecho a la vida de toda persona inocente, la igualdad ante la ley, la libertad de conciencia, de culto y de emprendimiento.
Traición a un fallo inapelable del Tribunal Constitucional, que reafirma el estatuto de persona desde el momento de la concepción. Traición a la ley, que en el Código Civil ordena proteger de
todo peligro la vida del que está por nacer. Traición al juramento médico: «a nadie daré una droga mortal».Traición a la doctrina penal y procesal, que estigmatiza como homicidio el matar a otra persona que no es ilegítimo agresor, y obliga al funcionario público a denunciar ese crimen. Traición a la naturaleza, que confía el tesoro de una vida ya concebida al diligente cuidado de sus padres, del profesional de la salud y del sistema protector del Estado.
Traición a la Patria, que de tierra de padres degenera en tierra de verdugos y sepultureros. Traición a la Nación, porque impide nacer. Traición a la mujer, porque le mata su alma y vocación de alumbrar la vida. Traición a la idiosincrasia de Chile, rica en solidaridad y predilección por el más débil. Traición al desarrollo y esplendor nacional, porque las naciones que hacen matar a sus hijos inocentes no tienen futuro.
Traición a la verdad, porque el proyecto encubre la real intención de sus autores: aborto por deseo. Traición al ideario de izquierda política, porque el aborto por deseo supera toda la carga letal atribuida al neoliberalismo. Traición a los principios fundacionales de la Democracia Cristiana, porque no hay nada más totalitario y anticristiano que un Estado que autoriza, protege y financia a los sucesores de un momificado faraón egipcio.
Traición al sentido común, que ordena solucionar los problemas y no matar a quienes los ocasionan o sufren. Traición al principio fundamental de toda ética: hacer el bien y no hacer mal al prójimo inocente. Traición al alma de Chile, concebido y nacido para ser pueblo de la vida y para la vida.
No es necesario presentar argumentos de fe contra el aborto: razón, ciencia, historia y derecho son suficientes. Pero un país de raíz e identidad cristiana no puede ignorar la sentencia con que Cristo, habitualmente manso y humilde, fulmina a quienes egoístamente traicionan la fidelidad a sus más pequeños hermanos: «¡sean eternamente malditos!».
Padre Raúl Hasbún
Fuente: Diario Financiero
Acerca de: Eric Gonzalez
Archivos del Autor: Eric Gonzalez
Debate sobre el aborto.
Años atrás, y con 5 meses de embarazo, Raimundo y Bernardita recibieron una triste noticia. Tras un control médico, la ecografía mostraba en su hijo un retardo en el crecimiento, ausencia de riñones y falta de líquido amniótico. El diagnóstico fue claro, un síndrome denominado Secuencia de Potter: el feto sería genéticamente incompatible con la vida fuera del útero.
El proceso posterior a la noticia no fue fácil. Se enfrentaron a un dolor muy grande y a la posibilidad real de adelantar el parto para evitar el sufrimiento que esto conlleva. Pero su decisión fue clara: él era su hijo desde el minuto de la concepción y lo mantendrían con ellos hasta que estuviera listo para nacer.
Este hijo soy yo, y hoy con 26 años de edad, tengo una vida completamente normal, siento, pienso y tomo decisiones con libertad. Estoy agradecido de que mis padres hayan podido seguir con ese embarazo y haberme dado la posibilidad de vivir.
Según sus palabras, la paz y tranquilidad que sentían en ese entonces -independiente del desenlace que hubiese habido- llegaron en el minuto en que decidieron esperar hasta el final.
De aprobarse el proyecto de ley que despenaliza el aborto terapéutico, podría ocurrir que guaguas condenadas por su diagnóstico no tengan la misma oportunidad que yo tuve. Interrumpir un embarazo con nulas probabilidades de éxito puede finalmente tener un resultado positivo.
Hago un llamado a las autoridades a tener una discusión consciente. Que se le tome el peso real a lo que está en juego, y en donde se tenga claridad de que estas decisiones pueden quitarle a alguien la posibilidad de desarrollarse en esta vida.
Vicente Manterola Covarrubias
Fuente: El Mercurio
Aprobar el aborto es como «restablecer la pena de muerte»
Entrevista al ex Ministro de Salud , Carlos Massad, titular durante el Gobierno de Frei Ruiz-Tagle, luego pasó a ser presidente del Banco Central.
Ex ministro Massad afirma que aprobar el aborto es como «restablecer la pena de muerte»
«La objeción de conciencia es absolutamente válida no solo para las personas, sino que también para las instituciones»
Histórico dirigente DC asegura que casos como la inviabilidad del feto y peligro para la vida de la madre están ya cubiertos por la legislación.
El ex ministro de Salud de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y ex presidente del Banco Central Carlos Massad (DC) se sumó ayer al debate en torno al proyecto que establece la despenalización del aborto en caso de peligro de la vida de la madre, inviabilidad del feto y violación.
El histórico dirigente DC no solo criticó la moción del Ejecutivo, sino que también se manifestó en la línea de Álvaro Erazo (PS) -quien ocupó la misma cartera en el primer gobierno de Michelle Bachelet- y del rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, quienes defendieron el argumento de que la Universidad Católica estaba en su derecho a negarse a realizar abortos en sus centros médicos.
«El derecho a negarse debe ser respetado para todas las personas e instituciones. La definición por la vida es una definición que trasciende convicciones puramente personales», señaló Massad.
El ex ministro de Salud de Frei Ruiz-Tagle cuestionó el proyecto anunciado por La Moneda, ya que, según su visión, este «plantea restablecer la pena de muerte, y no para los criminales, sino para los inocentes», y que «obligar a las instituciones a que hagan abortos me parece una cierta vuelta a los integrismos del siglo XX, los integrismos fascistas y marxistas que están completamente sobrepasados por la historia».
«Una aberración»
Massad -que se ha reunido con diversos dirigentes del grupo de «los Cardenales» de la DC para expresar sus opiniones ante el tema- manifestó reparos a las tres causales que se plantean para la despenalización, ya que, a su juicio, las dos primeras (peligro de la vida de la madre e inviabilidad del feto) «están cubiertas en la legislación actual. Creo que promover una ley no es solo para permitir, sino más bien para obligar, y no es necesario una legislación nueva sobre este tema».
«Eso ya está cubierto, lo hacen los médicos, y jamás se ha penalizado eso», aseveró.
En el caso del aborto por violación, no está de acuerdo.
Massad defendió, además, la objeción de conciencia, y agregó: «Cuando yo fui ministro de Salud, nadie me planteó el tema del aborto».
En relación a expulsar del partido a los militantes que defiendan el aborto o lo practicaran, manifestó que cree en la conciencia de las personas y que cada uno verá.
«Cuando se aplicaba la pena de muerte a los criminales, se hacía tras un largo y detallado juicio, donde se exhibían pruebas y se permitía la defensa. En el caso del aborto, se hace una predefinición del crimen y no hay juicios, es una aberración», manifestó el dirigente de la DC.
Fuente: El Mercurio.
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