Señor Director:
En relación con la carta de ayer de representantes del Sernam, en la que solicitan que «nos atengamos al contenido preciso del proyecto (de aborto), sin distorsiones que puedan confundir a la ciudadanía», quisiera exigir exactamente lo mismo del Gobierno.
Y es que no puede ser que se hable de «despenalización» cuando en verdad lo que pretende la iniciativa legal es que el aborto en las tres causales «debe consagrarse como una legítima prestación de salud» (página 16 del mensaje); es decir, legalizarlo.
Tampoco corresponde que se diga que «el proyecto de ley busca resolver un conflicto entre bienes que son inconmensurables» (página 17 del mensaje), cuando no se refiere de manera alguna en todo el proyecto al ser humano que está por nacer y su protección tanto a nivel nacional como internacional.
Del mismo modo, no procede que se afirme que 54 mujeres murieron el año 2012 en el proceso de gestación, haciendo ver como que «pudo haberse tratado clínicamente con interrupción del embarazo para resguardar sus vidas» (página 5 del mensaje) si hubiese existido aborto terapéutico. Lo anterior, toda vez que se establece una relación de causalidad entre las muertes de esas madres y la inexistencia de legislación en favor del aborto terapéutico que es impresentable e indemostrable científicamente.
De igual forma, no es correcto que se «sitúe a nuestro país como uno de los cuatro en el mundo que lo criminalizan en todas sus modalidades, además de el Vaticano: Chile, Nicaragua, El Salvador y Malta» (página 2 del mensaje), cuando en cerca de 66 países el aborto está permitido solamente para salvar la vida de la mujer (con aplicación del principio de doble efecto, igual que en Chile), o totalmente prohibido.
Así las cosas, pido que el Gobierno realmente haga una discusión con altura de miras no omitiendo ni tergiversando la realidad.
Claudia Nogueira F.
Diputada UDI