Señor Director:
El profesor Antonio Bascuñán insiste en justificar el aborto frente a un embarazo tubario, sosteniendo que no debe esperarse que haya un daño en la trompa para amputar esta total o parcialmente, si queda seriamente dañada y con peligro de hemorragia. El médico debe «matar anticipadamente al embrión, evitando riesgos y daño a la mujer». Si se espera -dice el profesor Bascuñán- el embrión va a morir igual.
¿No es esto tratar al embrión como una cosa? En el caso de los uruguayos cuyo avión cayó en Chile en la cordillera ellos tuvieron que alimentarse de los cadáveres de los que ya habían muerto; si se hubiese agotado esta posibilidad y hubiera habido un compañero de desgracia tan maltrecho que ciertamente iba a morir en breve, yo le pregunto: ¿habría sido lícito a los demás matarlo para alimentarse mientras llegaban socorros? Yo creo -y espero- que el profesor Bascuñán responderá que no.
¿Por qué no es la misma su respuesta en el caso del aborto terapéutico? La única explicación que se me ocurre es que acaso el profesor Bascuñán no crea que el embrión es tan ser humano, persona humana, como un adulto.
Si eso fuera así -porque el profesor Bascuñán no puede ser partidario de la ley del más fuerte-, sería bueno que lo dijera, porque entonces nuestra discusión cambiaría de tema, y ofrezco demostrarle que según la ciencia actual el embrión es tan individuo humano, y por lo tanto persona humana, como un adulto.
José Joaquín Ugarte Godoy
Aborto y embarazo tubario, Carta al Director El mercurio
Lunes 5 de octubre 2015