Miércoles 07 de junio de 2017
De las críticas formuladas sobre el proyecto de despenalización del aborto, aquella relacionada con los derechos de los profesionales de la salud no ha sido abordada desde todas sus dimensiones.
El proyecto de ley solo garantiza el derecho a la objeción de conciencia a los médicos, pero no a matronas, enfermeras ni personal técnico. ¿Qué justifica esta discriminación? ¿Será que tanto el Gobierno como los legisladores consideran que quienes desempeñamos estas profesiones no tenemos los mismos derechos?
La falta de garantía de la objeción de conciencia nos deja en una situación de desamparo que vemos injusta e inexplicable y que nos atañe, en cuanto como gremio merecemos el mismo respeto y consideración que los médicos. Si esta opción persevera, el proyecto no solo violará el derecho a la vida, sino también el derecho a la libertad de conciencia y el derecho a la no discriminación.
Paulina Anativia,
Bernardita Prado,
Lidia Carrasco,
Úrsula Campos,
Magdalena Cabezas,
Ana Larraín,
Natalia Quiroga,
Katherine Bennett,
Giuliana Mendiola,
Natalia Arechaga,
Paola Pinto,
Francisca Ronda,
Carolina Urbina,
Evelyn Cid,
Matias Pizarro
Giglia Pizarro,
Matronas y Matrones de
Clínica de la Universidad de Los Andes.
Consuelo Cerón,
Bernardita Achondo,
Alejandra Rojas,
Alejandra Urizar,
María Jesús Pacheco,
Yasna Palmeiro,
Araceli Echeverria,
Bernardita Troncoso,
Daniela Zerene,
Daniela Dominguez,
Zita Lagos,
Carolina Morales,
Francisca Sotomayor,
Ariane Decock,
Ximena Lagos,
Ximena Farfán,
Margarita Cárdenas,
María Isabel Nuñez,
Mitzi Letelier,
Paula Aguirre,
Carolina Alarcon,
Carolina Arias,
Carolina Jerez,
Paula Zabala,
Francisca Irarrázabal,
Claudia Cazorso,
Carolina Concha,
Cecilia Aldunate,
Claudia Alvarez,
Verónica Fuentes,
Nicole Signorelli,
Claudia Campos,
Claudia Clericus,
Claudia Salinas,
Constanza Sanhueza,
Teresa Arias,
María Josefina Márquez,
Daniela Castro,
María Luisa Brahm,
Verónica Rojas,
Patricia Jorquera,
Ximena Vargas,
Javiera Parro, Victoria Monge,
Pilar Ureta,
Matronas de la Escuela de Enfermería y de la
Escuela de Obstetricia de la Universidad de Los Andes.
Fuente: El Mercurio