Columna Opinión de Francisca Jofré y Rosario Vidal en El Mostrador
Hace un par de semanas, una organización contraria al aborto (Informaborto) instaló gigantografías en la ruta 68 que une Santiago con Valparaíso. En una, se ve la imagen de un embrión de 10 semanas, destrozado producto de un aborto y, en otra, se muestra a personas detenidas en el Estadio Nacional, en 1973. En ambas aparece la frase «aborto es tortura, muerte y desaparición».
Las imágenes provocaron reacciones inmediatas, en especial de los defensores del proyecto que se discute en el Congreso, y, a pesar de lo crudo de la imagen que muestra la realidad del embrión abortado, la polémica se centró completamente en la imagen del Estadio Nacional. La indignación, por parte de algunas personas, la manifestaron aduciendo que la comparación resultaba insultante. Sin embargo, hubo quienes reconocieron en esta acción de las vallas camineras, más allá de la postura que tuvieran respecto al aborto, una expresión de la toma de conciencia sobre las violaciones que ocurrieron en Chile.
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