Entre el 16 y el 29 de agosto, la Reina y Madre de Chile fue acogida por miles de fieles en la zona sur de la Región Metropolitana. “Imploramos que de su mano, de su corazón, podamos defender la vida en nuestra patria”, dijeron los feligreses.
En su peregrinar por Chile, la Virgen del Carmen Misionera realizó su primera estación en la Región Metropolitana, para llamar a la oración por la familia y la vida. Visitó el Obispado de San Bernardo entre el 16 y el 29 de agosto, donde fue acogida por miles de fieles en parroquias, hospitales y establecimientos de educación de San Bernardo, Buin, El Bosque y La Pintana.
“La visita de la Virgen Peregrina en la sede de Duoc UC logró despertar y en muchos renovar el amor a María Virgen, reconociendo en ella a la madre de Jesús y madre nuestra. La sede se vistió de gala para recibir entre vítores, aplausos y cantos a María Santísima, quien salió en su peregrinar para interceder por los inocentes que no pueden luchar solos por su propia vida”, dijo Karina Pérez, Coordinadora de Pastoral Duoc UC sede San Bernardo, después de la visita que hizo a esta casa de estudios el jueves 20 de agosto.
“Fue una bendición, un regalo muy grande y a la vez un compromiso de nosotros como laicos, como familias para seguir luchando por la vida, por la fe aquí en nuestra Diócesis, para el bien de la patria y del mundo”, añadió la feligresa Margarita Popelka.
El impacto de la presencia de la imagen de la Virgen del Carmen trascendió a todos. María Angélica Núñez, del Instituto secular Servitium Christi, señaló que “la visita de la Virgen fue algo muy grandioso, muy importante sobre todo en este año que se celebra el Año de la vida Consagrada. María fue una mujer consagrada, laica consagrada, como nosotras. La diócesis la ha recibido con mucho amor”.
Asimismo, el seminarista Rubén Valderrama valoró le llegada de la Virgen como una forma de estar cerca de Jesús y luchar por la vida. “Es mirar a María, mirar a Jesús y en sus ojos saber que estamos ahí a sus pies para poder defender la vida, regalo de Dios. Así como María con su Sí, trajo a la vida, al mundo a nuestro Señor Jesucristo, así también nosotros imploramos que de su mano, de su corazón, podamos defender la vida en nuestra patria”.