Señor Director:
Quiero dirigirme a los que creen en Dios como el Ser Supremo que creó el universo y lo mantiene en la existencia y que comunica al ser humano su Palabra en la Sagrada Escritura. Allí leemos que Dios tiene decidida la existencia de toda persona humana desde antes de su concepción en el seno materno, como lo revela al profeta Jeremías: «Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado» (Jer 1,5). Más aún, Dios tiene elegida a toda persona humana desde antes de la creación del mundo, lo que mueve a San Pablo a alabar a Dios: «Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo… por cuanto nos ha elegido en Cristo antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor» (Efesios 1,3.4).
La persona humana, que ya es elegida y conocida por Dios desde antes de la creación del mundo, comienza su camino en esta tierra en el momento de su concepción en el seno materno, y desde ese momento tiene derecho a esta vida terrena que ha comenzado. La discusión sobre el momento en que el ser humano comienza a ser persona después de su concepción en el seno materno parte, entonces, de un presupuesto falso. Por eso, cualquier límite que se fije será opinión humana discutible y arbitraria. El derecho a la vida que tiene la persona humana desde su concepción lo tiene por ser persona, no porque se lo conceda el Estado. Pero el Estado de Derecho se define como tal, porque protege ese derecho a la vida, que es la base de todos los demás derechos.
Un Estado, que en sus leyes permite el aborto, y en sus instituciones, a saber, sus hospitales, lo practica, aunque sea solo en los tres casos del proyecto de ley que está en discusión, es un Estado tiránico, por cuanto institucionalmente viola el derecho a la vida que la persona humana tiene desde su concepción. No queremos para Chile ese Estado. Queremos un Estado que en sus leyes e instituciones asista a la mujer que está en alguno de los tres casos para que pueda también ella reconocer y respetar el derecho a la vida que tiene su hijo y no tenga que cargar con la muerte de una persona humana.
+ Felipe Bacarreza Rodríguez
Obispo de Santa María de Los Ángeles